Autor Tema: Cañón del Río Lobos (Burgos)  (Leído 1682 veces)

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Cañón del Río Lobos (Burgos)
« en: 30 de Septiembre de 2012, 18:01:45 pm »


Distancia:18 Km
Tiempo: 6h
 

El parque natural del cañón del río Lobos está situado a caballo de las provincias de Soria y Burgos. Aunque el tramo burgalés es menos conocido y visitado que el sector soriano, no deja de ser tanto o más interesante que éste. A través de caminos y sendas se puede recorrer este singular espacio biogeográfico, caracterizado por un profundo cañón de escarpados farallones calizos, en el que se dan cita una rica variedad de fauna y flora, un magnífico paisaje y un mágico ambiente proporcionado por el cercano enclave de los caballeros templarios.

Recorrido

Hay que comenzar a caminar en el mismo pueblo de Hontoria del Pinar. El topónimo Hontoria desciende etimológicamente del término medieval Fonteauria, con el sentido de fuente dorada. En una plaza de esta localidad burgalesa todavía se conserva un curioso rollo rematado por un gran capitel romano invertido, y del que aún cuelgan los grilletes que servían para inmovilizar a los ajusticiados.

Tras salir de Hontoria, hay que descender por el camino que se acerca al río Lobos. Cruzamos éste por un pintoresco puente romano, tendido sobre el río, aprovechando una gran roca desprendida de la montaña. Por este lugar pasaba la vía romana que unía las ciudades de Uxama y Clunia.

El recorrido continúa siguiendo el curso descendente de las aguas. El río va a servir como referencia y guía durante casi toda la ruta. Después de atravesar una antigua cantera de grava y arena, el camino se introduce plenamente en la garganta.

El cañón del río Lobos, declarado hace pocos años parque natural, es uno de los espacios biogeográficos más importantes de Castilla y León. Es de destacar su estructura geológica: un profundo cañón formado por las aguas del río Lobos en tas calizas compactas del Cretácíco Superior e Inferior. Además su carácter aislado e inaccesible ha permitido la conservación de unas importantes comunidades biológicas y botánicas.

Según vamos avanzando por la cada vez más angosta y serpenteante garganta, el sabinar es sustituido por un denso bosque de Pino negro (Pinus nigra). El pino negral es un árbol de tamaño medio que puede sobrepasar los 30 metros de altura. Su copa y tronco tienen formas muy variables, adaptadas a los ambientes y a los suelos en los que se desarrollan. Tienen hojas aciculares, de 10 a 16 centímetros de largo, de color verde intenso. Las piñas son bastante pequeñas y de una tonalidad pardo rojiza. Es un árbol preferentemente adaptado a las condiciones edafológicas y climáticas de esta zona, ya que presenta una marcada preferencia por los suelos calizos y es muy resistente a la sequía y a los grandes fríos invernales.

Este sector burgalés del cañón del río Lobos ha sido habitado por el hombre desde hace miles de años, como así lo atestiguan los útiles de piedra del Paleolítico Medio encontrados en algunos abrigos rocosos situados en el término de Hontoria del Pinar.

En algunas zonas el río desaparece tragado -debido al carácter kárstico del terreno- por profundos sumideros, apareciendo de nuevo a los pocos kilómetros en unas espectaculares sugerencias. Parece como si el río jugase al escondite con el caminante.

El cañón, ha preservado en su interior una rica y variada fauna. En sus altos y escarpados farallones calizos tienen sus buitreras un gran número de parejas de buitre leonado. También en los roquedos anidan varias águilas reales, calzadas y culebreras. En los pinares pueden verse bandas ruidosas de piquituertos en busca de piñas, junto a carboneros, pico picapinos y pitos reales. Entre los mamíferos destacan los jabalíes, corzos, ginetas, tejones, zorros y gato montés.

Si el recorrido se lleva a cabo durante el otoño -y las condiciones meteorológicas son las adecuadas-, es posible estudiar y recolectar una gran cantidad de setas y hongos. Entre las más abundantes y fáciles de identificar están los níscalos (Lactarius deliciosus) y la seta borracha o de mango azul (Lepista nuda).

Es curioso observar como muchos de los ejemplares más viejos de pino negro, que pueden llegar a vivir quinientos años, están totalmente recubiertos de líquenes -vegetal constituido por la simbiosis de un hongo y un alga-, entre los que destacan el llamado barbudo y el liquen alambre.

Poco a poco el cañón se va haciendo más profundo y escarpado y en sus paredes rocosas se abren y recortan multitud de cuevas y abrigos. En las grietas de las rocas se han instalado algunos pinos que crecen en posiciones inverosímiles.

Sobrecoge el ánimo atravesar este silencioso y solitario desfiladero. Seguramente por este motivo, los caballeros templarios eligieron la Ermita de San Bartolomé -también en el cañón del Lobos-, como centro religioso de su misteriosa orden.

Tras recorrer unos ocho kilómetros llegamos a la carretera que cruza el cañón por una pequeña depresión. Aquí se presentan dos alternativas: podemos volver sobre nuestros pasos y regresar de nuevo por el cañón o continuar el recorrido para completar el circuito. Si decidimos proseguir, hay que tomar la carretera hacia la izquierda. Después de andar unos kilómetros hay que cruzar el pueblo abandonado de Arganza. Al llegar a una pronunciada curva a la derecha -a cuatrocientos metros del pueblo-, se debe coger una senda que nace a la izquierda de la carretera. Tras otros cincuenta metros encontramos la pista que hacia la izquierda conduce de nuevo a Hontoria del Pinar.

Este camino discurre por un vallejo en el que abunda el roble marojo. Al encontrar una nueva bifurcación, hay que desviarse a la derecha, y después de atravesar unas praderas flanqueadas por pinos y sabina albar, llegar al final del trayecto.