Ahora que estamos en mayo y la prensa local se llena de titulares hablando del Infierno Cantabro, es buen momento para pensar en el topónimo infierno en nuestra región.
Por un lado, en el extremo suroeste del Embalse del Ebro tenemos un arroyo con ese nombre...
...y pasando a territorio purriego cercano tenemos la cabecera del Arroyo Juaspel, Jusapel o Josapel (por todos nos entenderemos allí), que se denomina Canal del Infierno.
Es canal el topónimo más abundante asociado a infierno, del que podemos encontrar ejemplos en la zona baja del Puerto del Berrón, en Bárcena Mayor, ya que da nombre a una canal que baja hacia Culamiña, y a una cotera sobre la misma.
Curiosamente, si pasamos de aquí directamente a la divisoria de aguas con el Besaya, en la cabecera de los Llares más inmediata, encontramos otra Canal del Infierno.
Aún otra, la más conocida quizás, es la Canal del Infierno, por donde baja el Río Bijoz a tributar sus aguas al joven Saja...
...y en una de las cuencas laterales de este río, más abajo, en Viaña, tenemos el Pozo del Infierno, encajonado entre los altos de Picoldorro y Piedrasiesta.
En montañas palentinas o leonesas cercanas tenemos más ejemplos, como por ejemplo el Pico del Infierno al lado de Peña Prieta, la Fuente del Infierno (extendido aunque falso nacimiento del Sella) cerca del Puerto del pontón, el Portillo del Infierno cerca de Resoba, el Arroyo del Infierno en los Puertos de Manganeves...
¿De donde viene esta costumbre de llamar infernalmente a ciertas zonas? Infierno proviene del latín infernum, forma neutra de infernus ("de las regiones bajas"), de inferus ("bajo, inferior"). Podríamos considerar que se llama así a barrancos, canales y demás en zonas bajas de ciertas montañas o puertos, pero evidentemente no podemos obviar nuestra herencia cultural cristiana, con esa tendencia a edificar ermitas o poner cruces en cumbres o cuetos significativos (seguramente, ocupando zonas de culto pagano previo en lugares elevados o que servían para orientación o delimitación de territorios), y a dar nombre a accidentes naturales con la palabra infierno, asociándoles una connotación peligrosa, maldita, a evitar.
Evidentemente las canales del infierno o el pozo del infierno, son lugares peligrosos donde dar un traspiés, rodar, y tener un problema, con lo que asociar este tipo de nombres a la zona no venía mal. Pero evidentemente habría mil y un infiernos, algunos peores y cercanos a los ya nombrados...que luego resulta que no es para tanto. El pozo de Viaña tiene una ruta que llega hasta su base, y evidentemente la gente sube al lado a hacerse el selfie (ya veremos en qué acaba la cosa, que tanto ir el cántaro a la fuente, puede tener su problema), la canal bajo el Puerto del Berron es trabajable con cuidado sin conocimientos de barranquismo, la de Los Llares tiene senderos por los pernales a su lado que permiten obviarla, igual que la de Tresabuela, que es un corto tramo de río con monte accesible a su alrededor, e incluso la más apabullante, la de Bijoz, recuerdo haberla bajado en los tiempos previos a los aparatos electrónicos, llegando a Tramburríos sin ningún percance, aunque con mucha paciencia y precaución, que es lo que debe primar siempre al enfrentarnos a canales o montes muy empinados.
¿Te suenan más infiernos en Cantabria?
Un saludo!