Autor Tema: RUCABAO/PANDILLO:Candanosa, Selpedrizo, Sel Garma, Horra, Mte. Hormías, Lobrizas  (Leído 2005 veces)

0 Usuarios y 1 Visitante están viendo este tema.

Desconectado farodelcaballo

  • Usuario H
  • *****
  • Mensajes: 2198
Nueva entrega de sedos y callejos pasiegos, tras estudiar el mapa de Castro Valnera de la editorial Cetyma, picado por la curiosidad al ver senderillos por las laderas en una bajada desde Los Llanos. La ruta intentaba subir desde la zona de El Ponton hacia Candanosa, bajando de nuevo casi hasta la carretera de Pandillo, para ya enfilar Selpedrizo y desde allí tomar hasta Sel de la Garma. Desde aquí interesaba echar un ojo a la conexión con Aguasal para retomar la subida a Horra y ganar la zona de Monte Hormías. Desde aquí nos quedaría investigar la conexión con Las Lobrizas, desde donde la vuelta a Rucabao debería ser sencilla.


Al final unos 15km y casi 2000 metros de desnivel acumulado resueltos en unas 7 horas.


Comenzamos la ruta al lado de la carretera de Rucabao, al poco de dejar la carretera de Pandillo.


Cruzamos un precioso puente y nada más cruzarle tomamos un sendero claro que asciende por la ladera.






Pasamos un cercado para ovejas (con abundantes restos de esquilada), y seguimos subiendo.


Comenzamos a subir por los prados, de cabaña en cabaña, aprovechando (cuando los haya) los amagos de sendero o camberilla para facilitar el ascenso.






Algunas de las cabañas han conocido mejores tiempos, y están en mal estado.


Llegamos a una de las cabañas, que tiene prado cercado, y tras pasarla, encontramos un sendero.


Tomaremos de frente, evitando bifurcaciones de callejos a izquierda y derecha, para salir al siguiente prado, donde observamos abundantes depósitos de piedras.




Tras estos, llegamos a la zona de Candanosa, y se presenta ante nosotros la subida por la cresta hacia El Sillar y Brenaseca.


En vez de subir lo que haremos será seguir a la misma altura por el prado para llegar a la siguiente cabaña.


De aquí sale un senderillo que nos lleva hasta un cercado que nos deja ver la siguiente loma, con toda la divisoria burgalesa al fondo.




Desde aquí desciende un senderillo burril bastante claro hacia la zona de El Molino.


A medida que descendemos nos acercamos a la cañada, y aparecen un par de cabañas.


De la primera descendemos por su prado a la siguiente.


Y en el borde encontramos un cómodo acceso y cruce del cauce.




Desde aquí seguimos un sendero que bordea el río, y que después nos deja en un prado desde donde vemos la zona de El Cotero.




En esta mano tenemos un puente que nos comunica con la carretera de Pandillo.


Pero ahora lo que haremos será subir por la pedregosa pista que sube bordeando un arroyo.






Vamos dejando cabañas a izquierda y derecha mientras ascendemos, siempre siguiendo la algo incómoda pista.


En cierto momento cruzamos el arroyo y cambiamos de mano, para seguir subiendo.


Ignoramos algún posible desvío a mano derecha...


...hasta que la pista deja de ser pedregosa y gira abruptamente a la derecha.


Desde aquí el trazado despista un poco ya que se pierde altura pero salimos a los prados con cabañas que van siguiendo la loma y constituyen el cabañal de Selpedrizo.


La pista muere y comienza un sendero entre el bosque, siguiendo en ascenso un estacado por una zona boscosa llena de corzos.


El sendero acaba desdibujándose y no queda otra que buscar la manera de ascender por donde nos pida el cuerpo, hasta dar con una finca.


Seguimos ascendiendo como podemos, encontrando a ratos algún tramo de sendero que va ganando altura en amplios zizgzags.


El sendero tiene desvíos a la izquierda para cada una de las cabañas del grupo.




Seguimos subiendo buscándonos la vida, recuperando y perdiendo el sendero...




...y disfrutando de las cabañas.


Seguimos de una cabaña a la siguiente, ahora ya en plan directo, por los prados.






El ultimo conjunto es muy peculiar, a nivel constructivo, con multitud de detalles peculiares en las paredes, accesos al payo...




Desde aquí no subiremos más sino que nos haremos a la derecha para buscar un intento de callejo que pronto se convierte en un sendero que sigue el estacado sin apenas perder altura.




Cuando nos encontramos con otro de frente, lo saltamos (palo aconsejable) y seguimos el sendero que empieza a perder altura hasta dar la vuelta a la loma.


Vamos el trazado que va descendiendo y al poco vemos ya el cauce que acaba bajando a Seltorriente.




Cruzamos el lecho cómodamente, observando lo abrupto del mismo, tanto en caída como en ascenso...




...y seguimos, ganando un poco de altura, hasta una cabaña que sólo mantiene los muros.


Desde aquí seguimos la cresta hacia la derecha hasta otra en similar estado, y aunque parece haber sendero de bajada a Seltorriente, el plan es llegar a Sel de la Garma, así que continuamos la cresta con la mirada puesta a la izquierda, a la búsqueda de algún camino que nos lleve allí.




No conseguimos encontrar ninguno así que bajamos algo de altura y nos hacemos a la izquierda para ir a media loma, mientras ciervos y corzos escapan en la niebla.


Sin mucho problema vemos un poco más adelante unos prados y a ellos bajamos, entrando en el grupo de Sel de la Garma.




Descendemos un poco por los prados hasta un muro, al otro lado del cual hay unos cúmulos de piedras.


Hay alguna cabaña más abajo, pero la conexión hacia Aguasal y Horra se coge subiendo por el muro.


Nada más acabar el muro giramos a la derecha, pero el callejo está muy cubierto de maleza así que ganamos unos pocos metros más de altura y seguimos la dirección propuesta.


Encontramos un bebedero, y desde aquí surge un sendero muy claro por el bosque.




Al poco el sendero se desdibuja al entrar en una zona muy pedregosa.


Lo mejor sería subir un poco, pero vemos debajo una cabaña y a ella nos dirigimos.


Nada más llegar a ella giramos a la izquierda para recuperar la dirección original y llegar al núcleo del cabañal, con varias cabañas muy próximas entre ellas.


La vista de la zona, con la vegetación cubriendo la garmilla, es impresionante.


Encontramos varios hitos en la zona, que señalizan el camino para llegar al callejo que lleva a Aguasal, y también para subir por el sendero a Horra.


Si bajamos hacia la derecha bajamos por una ladera abierta con varios hitos, de donde giraremos a la izquierda para meternos en el bosque por un claro sendero.




La estampa impresiona, y más con ciervos y corzos saliendo del bosque, mientras descendemos, acercándonos a un cauce.


Finalmente corremos paralelos al mismo y acabamos cruzándolo por un rudimentario pero efectivo puente.




Y sin mayor problema llegamos al camino de Pandillo a Aguasal.


Controlado el enlace, volvemos a la zona de garmilla, subiendo de nuevo lo bajado, y descruzando lo cruzado, compensando el esfuerzo con lo bonito del tramo.










Una vez en el núcleo de cabañas, nos metemos entre ellas y giramos a la derecha.




Vemos otro sendero de ascenso de burros por la fuerte ladera, así que comenzamos el zigzagueante camino a Horra.


El camino es sencillo y no tiene pérdida.




Tras varias revueltas, la cabaña más baja de Horra aparece en medio de la niebla.


Subimos a ella y seguimos por el prado, en ascenso directo, a la siguiente.




Desde aquí seguimos unos metros adelante y giramos a la derecha para ganar algo de altura y encontrar un claro sendero que nos lleva a la divisoria con Rucabao.




Al llegar a la divisoria nos encontramos con un estacado y vemos un sendero que nos llevaría hacia Hormías, y de ahí bajaríamos a Monte Hormías.


En vez de eso seguimos adelante ya que estamos a la misma altura del segundo cabañal y no merece la pena subir para luego bajar lo que puede resolverse manteniendo la dirección.


En algun momento encontramos lo que parece un claro sendero pero sólo nos hace descender a una pequeña vaguada.




Retomamos altura y llegamos a la primera cabaña de Monte Hormías.


Descendemos hacia las siguientes, encontrando alguna con la entrada a la cuadra modificada.


Y tomamos el bastante cerrado callejo que comunica las diferentes cabañas del grupo, girando a la derecha.


Caminando por él apartando ramas y esquivando árboles que crecen en su interior, vamos moviendonos por el cabañal y viendo prados y cabañas.




Acabamos el callejo en un pradillo que comunica con las dos cabañas más alejadas, pero en principio con mejor pinta.




Nos dirigimos a la que tenemos a mano izquierda, para ver si encontramos alguna ruta de bajada o senderillo.




Lo que nos encontramos es un bosque con pinta de cerrada y muy empinado, así que intentamos volver hacia el otro extremo del cabañal.


Vemos la manera de pasar al siguiente prado, y a pocos metros debajo vemos lo que parece un sendero.




El sendero es más sedo que otra cosa, pero cumple su función de evitar la fuerte pendiente de bosque a mano derecha, así que seguimos adelante, cruzando varios arroyucos.






Finalmente subimos una pendiente y salimos a una zona de monte bajo, donde mantenemos la dirección para llegar a un par de cabañas, ya derruidas.






Desde estas cabañas seguimos adelante, para comenzar a perder altura, siguiendo el borde del muro de la siguiente finca que aparece a mano derecha.




La cabaña de dicha finca también está derruida.


Si seguimos adelante aparece un pequeño pico con un estacado a medio camino, que saltamos para ir buscando la manera de girar a la izquierda hacia el cabañal de Las Lobrizas.


La ladera es muy empinada y tras estudiarla un rato, se ve un punto donde el cruce del cauce que nos separa de Las Lobrizas parece más amable.


Tras una bajada dura donde echamos el culo al suelo un par de veces, para que enlazamos con lo que en algún momento fue otro camino burril de conexión entre cabañas, y llegamos al punto del cauce que nos habíamos propuesto.


La vista del cauce acojona.


Una vez pasada a la otra mano damos sin problema con las primeras cabañas del grupo. La zona parece tener poca actividad y el bosque va reclamando terreno de nuevo.


Toca ahora seguir adelante, perdiendo altura y buscando los restos de los senderos del cabañal, para bajar a las siguientes.


La siguiente presenta una fachada compleja e imponente, aunque esté derruida.


Parece comenzar un callejo en ascenso a mano izquierda, e intentamos evitarlo siguiendo la dirección por el bosque. Al poco el terreno nos pone en nuestro lugar y tenemos que ganar altura hasta llegar al callejo, a tiro de piedra de otra cabaña.


Ahora ya no queda más que girar a la derecha y seguir el camino, para salir del bosque y llegar a una zona quemada recientemente.




A nuestra espalda parece surgir un sendero que subiría por la ladera y parece prometer subida hasta la vaguadita anterior a Monte Hormías...


...pero eso será en otra ocasión. Seguimos el sendero en descenso y nows dirigimos hacia Rucabao, zigzagueando por el sendero.




Finalmente entramos en el bosque de ribera y llegamos al precioso puente que cruza el cauce del riachuelo.




Ya sólo queda seguir el sendero cercano al riachuelo y pasar entre las zarzas y los restos de cabañas de Rucabao.




Salimos a los amplios prados de ribera...


y sólo nos queda decidir si saltar al siguiente prado, o tomar el callejo por la derecha.


De todas maneras acabamos dando a la carreteruca de Rucabao.




Seguimos por la carretera para pasar por la casa de Jose Abascal, y a los pocos metros cerramos el circuito.


Adjunto el archivo kmz editado a partir del gpx grabado con un Garmin Oregon 550 (eliminando restos de tracks de anteriores días y algún desvío). Un saludo!