Autor Tema: Las Fuentes del Nela (Burgos)  (Leído 3403 veces)

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Las Fuentes del Nela (Burgos)
« en: 30 de Septiembre de 2012, 18:03:01 pm »


Distancia: 11 Km
Tiempo: 3h30

 Además del Ebro, el río Nela es el principal curso fluvial que recorre Las Merindades, comarca del norte de la provincia que también se conoce como las "Montañas de Burgos". Las fuentes del Nela están situadas justo en el límite entre Cantabria y Burgos, en una zona de clima atlántico, cubierta por extensos bosques de haya y roble pedunculado. Hace 5.000 años, las gentes de la cultura megalítica eligieron este paradisíaco y aislado lugar para levantar sus dólmenes. En Busnela, Ahedo y Robledo de las Pueblas se han encontrado varios de estos monumentos funerarios. En las aguas puras y cristalinas de este río todavía evolucionan las cada día más escasas nutrias.

Recorrido

Unos metros antes de que acabe la pista asfaltada que conduce hasta Busnela encontramos una explanada donde aparcar con comodidad nuestro vehículo. Justo en frente, a mano izquierda y sobre una pequeña elevación, se localiza el dolmen semirrupestre de Busnela. Este megalito se construyó aprovechando una gran roca con una concavidad, en la que se ha situado la cámara sepulcral. Esta se ha cerrado mediante siete grandes ortostatos de roca arenisca.

Los dólmenes, además de servir como enterramiento a las gentes megalíticas, tenían un gran simbolismo relacionado con los cultos de la fertilidad. Aún hoy quedan restos de la fe en los poderes de las grandes piedras. El espacio entre las rocas y piedras o los agujeros que en ellos aparecen se utilizan para ritos de fertilidad o de salud.

Hay que volver a la pista de tierra y continuar el camino hacia el pueblo de Busnela. Más abajo corre impetuoso el Nela, a cuyas fuentes encaminamos nuestros pasos. Tras dejar a un lado la piscifactoría, donde se crían reputados "sementales" de trucha común, muy pronto se divisa el pueblo.

Situado en la ladera de una montaña y rodeado de un denso robledal, este pequeño núcleo rural conserva -a pesar de estar deshabitado-, un interesante conjunto de arquitectura popular. La tipología de sus casas responde con nitidez al ejemplo de construcción montañesa. El camino se interna por la calle principal de Busnela. que en dos grandes revueltas, asciende hasta lo alto del pueblo. Al pie de su iglesia parroquial, hay plantado un centenario tejo, árbol sagrado para los celtas y que ha pervivido aún en tiempos cristianos, como símbolo de lo inmortal.

Se sale del pueblo por una senda que nace al lado mismo de la iglesia y que baja faldeando por una ladera cubierta de brezos, árgomas y helechos, hasta la orilla del río Nela. Este río desciende desde los montes que separan Burgos de Cantabria y que así mismo sirven de divisoria a las cuencas hidrográficas del Cantábrico y del Ebro.

Después de cruzar el barranco de Cortemoro, que desemboca en el Neta en una bonita cascada, seguimos el curso de éste en dirección a su nacimiento. El bosque de ribera que acompaña al río está compuesto principalmente de roble pedunculado (Quercus robur), acompañado por algunos ejemplares de fresno, abedul, tejo y acebo. Seguimos siempre paralelos al río, bien por su misma orilla -en algunos tramos deberemos salvar alguna dificultad- o por un camino bien marcado que también remota su curso.

Esta zona pertenece al sector occidental de la cuenca Cantábrica. Sus condiciones climáticas, clima húmedo suavizado por la influencia oceánica, son características de la llamada provincia atlántica. Esto, unido a un suelo ácido. compuesto por areniscas, arenas y arcillas del Cretácico, y junto al aislamiento y casi desertización humana de la zona -menos de 10 habitantes por kilómetro cuadrado-, han permitido la conservación de su vegetación clímax.

Este estado del paisaje vegetal es siempre un bosque, en este caso un bosque mixto de haya y roble pedunculado. Este árbol es el mayor de los robles que crecen la región. Puede alcanzar los 40 metros y llegar a vivir más de 600 años. Se llama pedunculado porque sus bellotas tienen un largo pedúnculo. Su hoja grande de peciolo muy corto es lobulada y lampiña.

En los profundos barrancos excavados por el Nela, los robles llegan hasta los 800-900 metros, a partir de esta altitud los sustituyen las hayas y los prados naturales. Continuamos andando por el bosque, en el que se refugian lirones, tejones. gato montés, jabalíes y lobos. Entre las aves sobre todo en primavera, veremos mirlos, malvices, currucas, reyezuelo listado, mosquitero y petirrojo. El azor y el gavilán tienen aquí sus cazaderos.

Tras cruzar el arroyo Los Cobatos, por un tronco a modo de puente. Con un poco de atención, podremos ver huellas de nutria en la arena de las orillas. Después de andar un pequeño trecho y a la izquierda, se ve un puente de cemento por el que deberemos cruzar el Nela. Muy pronto cambia totalmente el escenario. Ahora caminamos por unas extensas praderas naturales, en las que abundan los brezos, brecina, árgoma y tojo. En estos pastizales o landas, la ornitofauna muestra caracteres mixtos entre estépica y forestal. Pueden verse, alondra, collalba, tarabilla y verderón serrano. Los ratoneros son las rapaces más frecuentes.

Por un camino bien marcado, descendemos hasta Ahedo de Las Pueblas. A la entrada de este pueblo, hay que tomar hacia la izquierda un camino que por un vallejo conduce de nuevo al río Nela. Cruzamos éste por un puente de piedra y tomamos la senda que nace en frente y que rápidamente se dirige a Busnela.