Autor Tema: Ruta por el salero de Poza de la Sal (Burgos)  (Leído 2835 veces)

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Desconectado Cachoperro

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Ruta por el salero de Poza de la Sal (Burgos)
« en: 30 de Septiembre de 2012, 17:33:56 pm »


Recorrido: 5km
Tiempos: 1,5 h

La ruta la iniciamos en Los Lavaderos. Este lugar tuvo diferentes usos. A las pilas venían las pozanas a lavar la ropa mientras hablaban sobre las cosas que ocurrían en el pueblo. Un buen abrevadero calmaba la sed de las caballerías. También existieron tres tenerías donde se curtían pieles tan necesarias en tiempos pasados. El agua dulce, que aquí aflora justo debajo de las salinas, se sigue utilizando como fuente pública, la llaman Fuente Buena, y para regadío de huertas. Los romanos ya la conocían y construyeron el pequeño acueducto para cruzar la torca salada y conducirla hasta su asentamiento a dos kilómetros de aquí. Actualmente en este lugar los pozanos rinden homenaje a su paisano más famoso, el Dr. Félix Rodríguez de la Fuente.

En dirección al casco urbano nos encontramos La Casa de Administración de las Reales Salinas, construida a finales del XVIII con Carlos III que controlaba la producción de la sal y su comercialización hacia sus alfolies de Castilla y León. Actualmente está ubicado el Centro de Interpretación de las Salinas, donde de una forma muy didáctica se expone el patrimonio salinero.

Seguimos por la travesia en dirección a las salinas y al final del pueblo nos encontramos con el almacén de sal llamado El Depósito. Se remonta probablemente al siglo XVI. cuando Felipe II estancó la sal, pasando a ser controlada su fabricación por el Estado desde entonces hasta 1868. Tiene una planta rectangular, 50 x 10 metros. El entroje o almacenamiento se realizaba por la fachada trasera, por dos puertas, que aprovechando la ladera se abrían al interior a varios metros de altura. Tenía una capacidad de almacenaje de 26.000 fanegas de sal. (51.52 Kg de sal por fanega).

A traves de un camino vamos bajando hacia el valle donde tenemos que cruzar la torca salada por donde existió un puente de piedra, Hasta hace pocos años existió uno de madera, el puente verde, por el que circulaban personas y caballerías cargadas con la sal que acarreaban de las eras a los almacenes. Se usaban burros y mulas que llevaban sacos de 2 fanegas. Actualmente se ha reconstruido el puente de madera.

Seguimos por un sendero, actualmente muy deteriorado, que asciende por el valle.Debió tener su origen en una calzada romana que se dirigía desde Cubo de Bureba a Amaya, y que posteriormente sirvió a los peregrinos medievales para llegar a Santiago.

Alcanzamos al lado del camino las ruinas de lo que fue la Ermita de La Magdalena, patrona de los salineros .y el imponente almacén de sal La Magdalena. Posee una planta rectangular de 25 x 45 metros, donde se podían almacenar hasta 125.000 fanegas de sal. El entroje se realizaba también por su cara posterior, que aprovechaba las laderas para alcanzar una puerta que conducía a una pasarela de madera desde donde se arrojaba la sal desde 8 metros de altura. Además, existían habitaciones administrativas y de alojamiento para el personal que atendía el almacén, y para la guarnición de carabineros que custodiaban el almacén y las salinas. Delante de la fachada principal existe una amplia planicie donde se podían estacionar hasta 500 carros.

El primer asentamiento humano en estas tierras pudo estar en este lugar, ante los afloramientos naturales de sal y ofita, ya en épocas neolíticas o anteriores, no será una casualidad que esté a unos 40 km. de los Yacimientos de Atapuerca. El Castellar, como se conoce a esta zona, parece indicarnos la existencia de algún castro defensivo de tiempos prerromanos. En el siglo IX existió un asentamiento, conocido como Poza, posteriormente llamado Poza Suso (Poza de Arriba), en cuya memoria el manantial que allí brota tiene por nombre Fuente Villa. En siglos posteriores, XI y XII, cuando La Bureba dejó de estar amenazada por los ataques musulmanes, el núcleo de población comenzó su traslado al emplazamiento actual, primero denominado Poza Yuso (Poza de Abajo).

Seguimos por el camino de La Nava, que rodea al peñasco de ofitas, el único pasaje llano y donde se salvan varios arroyos, uno de los cuales, por medio de un puente de piedra de 4 metros de anchura, lo que nos indica la importanciade comunicación que tuvo este camino.

Llegamos al almacén de Trascastro al pie del camino que sube al Páramo. Presenta planta cuadrangular de 30 x 35 metros. El entroje también se realizaba por la parte posterior, pero esta vez a través de una rampa de 70 metros por 6 metros de anchura, que alcanzaba unas puertas situadas a 8 metros de altura. Poseía habitaciones administrativas y de alojamiento y dos naves en forma de L que almacenaban hasta 65.000 fanegas de sal. Debió existir un espacio para estacionar hasta 600 carros.

Por medio de un camino que deja la carretera llegamos al paraje conocido como Tejadilla, donde se pueden vislumbrar restos de las ultimas estructuras salineras y algunos espumeros de salmuera. Tras cruzar la carretera divisamos el castillo por su cara oeste. Antes nos podemos detener en el Picón de Santa Engracia., situado en un alto en el lado sur. Fue levantado en 1805 por la Comunidad de Herederos de las Reales Salinas de Poza a la memoria de Carlos IV y su ministro de Fomento D. Miguel de Cayetano Soler, por su contribución al desarrollo de las salinas en su época.

Llegamos al castillo de Poza que está incrustado en la cima del roquedo desde donde se domina perfectamente el pueblo y toda La Bureba. Permanecen 2 cubos que flanquearon la puerta a un amplio patio de armas, que se cerraba por el norte con una cerca hasta el castillo y en el lado sur con un inaccesible acantilado. Por una escalera tallada en la misma roca se asciende hasta una pequeña puerta ojival que constituye su única entrada. En su interior se aprecia un alargado espacio irregular, de 16 X 3,5 m., con cubiertas de bóvedas de cañón y tramos de arista, y un aljibe excavado en la roca. A través de una escalera llegamos a la amplia terraza, de 36 x 12 m. con torre de homenaje y garitones. Este lugar se utilizó como defensa del pueblo y sus salinas, como prisión de piratas y embajadores europeos en el siglo XVI y sufrió una acción militar en la guerra de Independencia a principios del s. XIX conocida como Acción de Poza. Desde esta atalaya divisamos por su lado este: los montes Obarenes que se pierden hasta Pancorbo y la llanura burebana, al fondo la Sierra de la Demanda y Santa Casilda y el valle de las Navas; y por su lado oeste: el imponente valle circular del Salero (Diapiro) y todas los lugares que hemos visitado.

Para descender al pueblo, lo haremos por un camino que rodeando la peña del castillo por su lado sur nos lleva hasta el lugar donde existió un Alcázar del que persisten aún una torre y murallas. Por una senda arruinada podemos bajar y alcanzar la parte alta del casco urbano de Poza de la Sal.
« Última modificación: 30 de Septiembre de 2012, 17:35:50 pm por Cachoperro »