Autor Tema: La fotografía digital en la naturaleza: trabajo sobre el terreno  (Leído 2648 veces)

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La fotografía digital en la naturaleza: trabajo sobre el terreno
« en: 15 de Septiembre de 2012, 18:00:38 pm »
Seguro que todos tenemos una moderna cámara digital. ¿Sabemos sacarle partido?. Como además de hacerle fotos a nuestro gracioso bebé y enviarlas a todos nuestros conocidos por e-mail, queremos tomar imágenes en la naturaleza, tendremos que tener en cuenta algunos aspectos.


Haciendo fotos

Las cámaras digitales cambian el material sensible de la cámara pero los principios básicos son los mismos: para conseguir una foto correcta es necesario acertar con el enfoque y con la cantidad de luz que llega al sensor, o sea, elegir correctamente la combinación entre velocidad y apertura de diafragma. Para conseguir una foto “buena”, además de lo anterior tendremos que tener el gusto de encontrar un buen encuadre y un buen sujeto.
Esto último no depende de la cámara pero la medición de la luz y el enfoque sí. Según el modelo de cámara las posibilidades de control sobre la exposición y el enfoque variarán. En las compactas normalmente no podremos ajustar la exposición, mientras que el enfoque será siempre automático.
Para conseguir una buena exposición hay que entender la forma en que nuestra cámara mide la luz. Normalmente casi todas las cámaras digitales miden la luz de forma matricial, haciendo una media de la luz que tiene la escena. Estos sistemas no son infalibles e incluso en las mejores cámaras hay que aplicar algunos trucos para acertar.
Es importante destacar que las cámaras responden a la luz como las diapositivas, tienen unos cinco diafragmas de latitud de exposición y soportan muy mal las sobre exposiciones, por lo que siempre hay que medir la luz en las zonas más iluminadas de la imagen. En el ordenador podremos recuperar información en una zona de sombras que nos ha salido un poco oscura, pero nunca podremos recuperar una zona que esta totalmente “quemada”.
Por ello, en la naturaleza es fácil equivocarse. Una foto con un cielo lleno de nubes blancas y un sujeto oscuro puede ser una trampa para el fotómetro y fácilmente tendremos una zona bien expuesta pero con el cielo lleno de nubes “demasiado” blancas. Para evitar esto hay que medir la luz en la zona de mayor iluminación y, bloqueando la exposición, cambiar el encuadre para hacer la foto, o trabajar con exposición manual.
Afortunadamente las cámaras digitales tienen una posibilidad excelente para saber in situ si hemos acertado, el histograma. El histograma es un gráfico que nos muestra la cámara (no recomiendo comprar una aparato que no muestre el histograma) y que nos da información sobre la imagen. Es la mayor utilidad que tiene la pequeña pantalla LCD que tienen las cámaras digitales, dado que la calidad y claridad de las imágenes no es muy buena.




Para comprender el histograma pensemos que en una foto digital guardada en 8 bits hay 256 niveles diferentes de luminosidad entre el negro y el blanco. El histograma es una representación de la cantidad de pixels que hay en cada nivel de luminosidad, por lo que muestra si una imagen es muy clara o muy oscura o si está “quemada”.
Una cosa muy importante es que los fotómetros de las cámaras están calibrados para la escena que medimos sea gris neutro (parte central del gráfico). Este es el motivo por el que cuando medimos la luz en la nieve salen las fotos grises…


Veamos algunos ejemplos prácticos:


Este es un caso típico de foto en invierno, en estos casos es complicado acertar pero siempre es mejor que la nieve salga un poco gris que que salga totalmente quemada.
Se ve en el histograma que no hay ninguna zona demasiado blanca, aunque podríamos haber sobreexpuesto un poco más ya que vemos que en la zona más a la derecha, que corresponde a los tonos claros, no hay información. Sin embargo, como es de sobra conocido, la nieve es blanca, así la imagen está un poco subexpuesta porque no hay ningún pixel blanco, ni siquiera "casi blanco". En cualquier caso, una subexposición como ésta puede ser fácilmente corregida en el proceso de la imagen con el ordenador.


También es interesante ver en este ejemplo como se corresponden las diferentes zonas de la imagen con el histograma, la parte derecha corresponde con la nieve y la izquierda con el cielo con una zona totalmente negra que corresponde a las rocas.


Este es un ejemplo típico en el que la latitud de exposición no es suficiente para captar todos los tonos de la imagen, en el histograma se ve claramente como hay zonas totalmente negras (en el bosque) y zonas totalmente blancas (en el agua), si subexponemos un poco para evitar que el agua salga quemada obtenemos la siguiente imagen:


Se ve en el histograma que todos los valores se han desplazado a la izquierda y ya no hay zonas “quemadas”, sin embargo la zona oscura del bosque es más oscura.
Lo más posible es que la exposición automática de la cámara hubiera expuesto bien el bosque dando una imagen como esta:


La zona de bosque está mejor expuesta pero a cambio el agua está totalmente quemada. Podemos lograr una imagen perfecta en el ordenador, como ya veremos.


En este ejemplo vemos una escena típica en el Pirineo en verano, predominan las zonas oscuras pero hay unos neveros que, para que no nos salgan quemados, tenemos que buscar una exposición que crea una imagen en la que más de la mitad de los niveles de luminosidad del histograma no tiene información.


Exponiendo más la imagen obtenemos una foto más equilibrada aunque las zonas de nieve salgan quemadas. En este caso no es muy importante ya que son muy pequeñas y no podemos ver detalle en ellas.
En resumen, cuando estemos en una escena que puede tener problemas el histograma nos ayudará a elegir la exposición más adecuada. Hay que tener en cuenta que mientras que la cámara tiene cinco puntos de latitud de exposición, en la naturaleza la diferencia máxima puede ser de diez puntos.




El polvo

Los usuarios de las cámaras réflex digitales podemos disponer de todas las ventajas de la fotografía digital y a la vez utilizar muchos objetivos diferentes. Sin embargo hay un “enemigo” que nos acecha. Cada vez que se cambia un objetivo abrimos una puerta al interior de la cámara donde esta el CCD que capta las imágenes y por ella puede entrar polvo. En las cámaras réflex de película también pasa lo mismo, la diferencia es que en éstas el “sensor” se renueva en cada disparo, por lo que incluso si una mota de polvo estuviera sobre la película sólo aparecería en una foto. En las digitales el polvo que entra en la cámara y se posa sobre el CDD se queda ahí y sale en todas las fotos hasta que lo limpiemos. Además, la electricidad estática hace que el polvo aún sea atraído más por el sensor.



En las fotos normales de naturaleza las motas de polvo se camuflan bien en la imagen, sin embargo, cuando las motas están en el cielo o en zonas de colores planos, se ven claramente. En estos ejemplos vemos los efectos del polvo en las fotos (que luego se pueden reparar en el ordenador auque si hemos hecho muchas fotos esto supone un trabajo pesado).
A este tamaño es difícil distinguir las marcas pero si ampliamos un poco….




Otro ejemplo algo más complejo de arreglar:



Las baterías y el almacenamiento

No hay desilusión más grande para un fotógrafo que quedarse sin poder hacer fotos por problemas técnicos. En las cámaras digitales, grandes consumidoras de energía, esos problemas técnicos son sobre todo a causa de las baterías. Hay que tener en cuenta que son pequeños ordenadores que sin baterías no pueden hacer nada. En los últimos modelos han mejorado mucho las tecnologías de la baterías y sobre todo el consumo de las cámaras, por lo que se pueden hacer muchas más fotos. En cualquier caso es un factor determinante que hay que prever sobre todo si hacemos actividades de varios días. La única solución es llevar varias baterías o contar con un sistema de recarga autónomo.
También tendremos problemas si hacemos fotos en condiciones muy frías, ya que la duración se reduce aún más. Yo para estas situaciones uso una batería externa que puedo mantener caliente.
El almacenamiento es parecido al tema de las baterías, aunque menos grave. En el caso extremo de que nos quede poco espacio en nuestra tarjeta podemos cambiar el formato de grabación. Por ejemplo, un RAW puede ocupar 7Mb mientras que un jpg puede ocupar 20 veces menos. En cualquier caso, hay que aprovechar que los precios de las tarjetas son cada vez menores y llevar almacenamiento de sobra.