Distancia: 3 km
Duración: 1 h (ida)
Desnivel: 150 m
Dentro del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara, en Huesca, uno de los puntos más fastuosos es el que se despliega a los pies del Tozal de Guara (2.077 m), un fotogénico paisaje que acumula atractivos de distinto signo, aunque encabezados por el extenso conjunto de los mallos de Vadiello.
La zona alberga una elevada densidad de aves nidificantes protegidas, que aprovechan las viseras de estas peculiares formaciones, por lo que uno de los grandes reclamos de esta ruta, cada vez más en auge, es la facilidad para observar especies como el treparriscos y el quebrantahuesos.
Se parte poco antes del final de la carretera, justo tras pasar el túnel que sale al lado de la presa del embalse de Vadiello. A la derecha de la boca del túnel nacen dos pistas asfaltadas, de las que hay que tomar la de más a la izquierda.
Tras pasar varios túneles, se cruza sobre la presa y se bordea por pista la orilla norte del embalse, ascendiendo por una pedregosa loma poblada de las especies características del monte mediterráneo: aliagas, enebros, jaras, romero... Desde aquí se obtiene una de las mejores vistas de los mallos, con sus retorcidas formas que les han valido nombres como el Puro, la Mitra o el Elefante.
Las aves que surcan el cielo son muy numerosas, por lo que se ha instalado un panel informativo sobre el ecosistema de los mallos y las rapaces que las habitan.
Un cartel que indica la dirección de San Cosme señala el punto en el que se deja la pista. Enseguida, en un llano, se alcanza la Cruz Cubierta y detrás se toma un camino que atraviesa el espeso bosque, trazando largas lazadas.
Tras superar el fondo de un umbroso barranco, se remonta la otra vertiente para penetrar en el santuario de San Cosme y San Damián, junto a la fuente del Huerto. Entre muros con hiedra, una última subida lleva a la ermita de los santos, situada bajo el descomunal mallo homónimo. Se trata de una de las ermitas rupestres más veneradas de Huesca, a la que acudían los enfermos para lograr su curación; el conjunto de edificios actual data del siglo XVIII y se organiza en torno a una recoleta plaza.
Se puede continuar ascendiendo por pista en un itinerario que en menos de 1 km acumula hitos religiosos y mágicos, vinculados con las romerías: la pequeña ermita de San Úrbez, la Fuen Santa, y las ermitas de San Gregorio y la Virgen de Fabana.