La ruta parte desde la zona del Fuerte del Mazo y el Polvorín del Helechal, donde nos encontramos una pequeña zona de aparcamiento. Desde allí subimos hasta la cumbre del Buciero y posteriormente a la del Ganzo, con su vértice geodésico, para descender desde allí hasta el Valle de los Avellanos, atravesando la zona de antiguas minas para enlazar el camino principal del monte a la altura de la Casa de La Leña, desde donde nos dirigimos a Cuatro Caminos. Desde este punto tenemos dos opciones. La primera, más suave, usa el sendero local que cruza el monte (Ecosistemas del Bosque), hasta el cruce de 5 picos, donde tomaremos el sendero que nos enlaza con la subida a la Atalaya desde Yusa. La segunda, más dura (en rojo en la imagen), sigue el camino que lleva al Faro del Pescador, y luego asciende a cañón por el lado este a la Atalaya. De ambos modos llegamos al antiguo observatorio, y desde allí descendemos a Yusa, para bajar por la pista hormigonada que lleva al barrio de El Dueso, al que no llegamos sino que tomamos el ramal que nos devuelve a la zona del Fuerte del Mazo. De esta manera disfrutamos de las cimas más emblemáticas del Buciero, se visitan algunos edificios miltares, y todo ello con unas vistas espectaculares de la costa oriental cántabra, de la desembocadura del Asón, y de los macizos tributarios a dicho río y al Miera.

Si elegimos la versión suave, bordeando la Rabona para enganchar la ascensión a la Atalaya por Yusa, recorreremos 8'33 kilómetros, con unos 500 metros de desnivel acumulado, que se superan en unas 3 horas y media. En caso de elegir el ascenso por el este a la Atalaya, la distancia baja a algo menos de 8 kilómetros, subiendo el desnivel acumulado a 600 metros, superables en 3 horas (tiempos con paradas en las cimas). Se explica la ruta a la contra de lo descrito habitualmente, ya que de esta manera no evitamos los descensos de la Atalaya o del Buciero por las mayores pendientes, que en caso de lluvias pueden resultar incómodas y proclives a caídas.

Partimos desde el entorno del Fuerte del Mazo y el Polvorín del Helechal, para dirigirnos hacia la cumbre del Buciero, tomando por una amplia cambera a la derecha del acceso al polvorín.

Por la citada cambera vamos ganando altura entre las fincas, ignorando sus accesos...

...hasta que la pendiente se equilibra y gira a la izquierda para acercarse a la Casa del Caracol.

La cambera termina al lado de la casa y seguimos de frente para atacar la ladera y ganar altura bruscamente...

...evitando tirar a la derecha a un tenue sedo, y continuando de frente el ascenso para encontrar el paso hacia el siguiente nivel.

Nos movemos ahora por un entorno con abundantes rocas, manteniendo la dirección de ascenso y evitando los numerosos sedos que circulan manteniendo la altura en los rellanos, hacia la derecha de la bandera, donde vemos una hendidura en el farallón rocoso...

...hasta que aparece frente a nosotros La Cruz, y vemos el paso hasta la cima a su derecha.

Tras pasar la citada hendidura...

...solo nos quedan unos metros de altura que ganar hacia La Cruz.

El último paso es más amplio que el anterior, y justo al rebasarlo, giramos a la izquierda para alcanzar La Cruz...

...y disfrutar de la impresionante vista de la desembocadura del Asón.

Volvemos después al sendero, que mantiene la dirección para superar un bosquecillo...

...y salir a una zona despejada, desde donde podemos ver La Atalaya a la izquierda, y frente a nosotros El Ganzo, adonde vamos a dirigirnos ahora.

El sendero pierde altura hacia la derecha del Ganzo, y tenemos cuidado de no meter el tobillo entre las piedras...

...y pronto llegamos al cruce, donde tomaremos de frente para visitar el Ganzo.

El senderillo es algo difuso y resbaladizo, pero al cabo de unos metros gira a la derecha...

...definiéndose más y atravesando un grupo de arbolillos...

...tras los que veremos la hendidura en la peña por la que ganaremos su cima.

En cuanto acabamos la hendidura, sólo tenemos que girar a la derecha...

...y estamos en la mayor altura del monte, donde encontramos un vértice geodésico.

Es momento de desandar el camino hasta el cruce...

...y ahora hacernos a la izquierda, en bajada, para atravesar un sendero entre los árboles.

Éste termina un poco más abajo, al lado de un aljibe de una antigua construcción, dando acceso a un campo alargado por el que descendemos...

...para luego continuar el descenso ya más abrupto entre el arbolado, con la cima de la Berana frente a nosotros, y al fondo la coste de Liendo y la mole del Candina.

El senderillo continua el descenso introduciéndose en el bosque...

...y unos metros después encontramos un poste donde tomaremos a la izquierda (por la derecha acabaríamos llegando a la zona de Las Pasiegas y el barrio de San Martín Alto).

El sendero es claro y las marcas nos orientan entre el bosque...

...y salvo un paso de un afloramiento rocoso, no hay mayor problema, y el sendero es muy cómodo.

El camino comienza a perder altura, y salvo un ramal a mano izquierda (claramente identificable por una marca cortada en la corteza de un arbol, que ignoramos para continuar nuestro camino), no hay ninguna duda...

...y pronto la pendiente aumenta aún más (si ha llovido tendremos que bajar con cuidado, incluso ayudándonos con los árboles) para llegar a la gran hoya conocida como el Valle de los Avellanos.

Nada más llegar a la misma, giramos a la izquierda para encontrar un letrero explicativo...

...y avanzamos por el sendero que servía de acceso a la zona, antigua explotación minera, donde podremos ver catas incluso al lado del camino.

Justo antes de llegar al Pasadizo de las Minas, conviene estar atentos al suelo, porque está literalmente alfombrado de restos de mineral.

Una vez disfrutada la curiosidad, pasamos por el citado pasadizo...

...que un poco más adelante presenta un pequeño derrumbe (de origen explosivo medianamente reciente) que hace pensar en la seguridad del paso, pero que no tiene problema alguno.

El camino parece pasar de amplia cambera a sendero, pero pronto vuelve a abrirse, para encontrarse con una amplia cambera que viene por la derecha de una finca particular, y tomamos de frente...

...para en menos de un minuto, enganchar con el camino principal del monte, a la altura de la Casa de la Leña, que queda a nuestra derecha.

Toca ahora girar a la izquierda para ganar altura, compartiendo trazado con el del sendero Faros y Acantilados del Buciero).

Tras un rato ganando altura, damos una fuerte curva conocida como el Sangradero...

...y llegamos al punto más alto del camino, donde comenzamos a perder altura tras disfrutar de la increíble vista del acantilado.

En la bajada ignoramos un sendero que surge a mano izquierda y que lleva a la Poza del Agracio (a la derecha también se ve otro tenue senderillo que enlaza malamente con la Batería de San Felipe)...

...y un poco después ignoramos otro a mano izquierda, y tenemos que seguir por el camino principal, pasando al lado de un afloramiento rocoso que es la Piluca del Agua, y que guarda un poco de agua de lluvia.

Sin más historia, el camino se ensancha y llegamos al cruce de Cuatro Caminos, donde tendremos que elegir ahora qué variante del camino vamos a tomar, la suave que gira a la izquierda para usar el camino de Ecosistemas del Bosque, hasta el cruce de 5 picos, donde tomaremos el sendero que nos enlaza con la subida a la Atalaya desde Yusa. O la más dura, que sigue de frente en dirección al Faro del Pescador, y luego asciende a cañón por el lado este a la Atalaya.

Si elegimos la suave, sólo tenemos que girar a la izquierda, y seguir el claro camino...

...y evitando algún claro o senderillo, llegamos al Cruce de Cinco Picos, donde encontraremos el resto de un poste señalizador, y donde tendremos que girar a la derecha.

Tendremos que estar al tanto de no tomar un sendero que sigue de frente ganando altura (y lleva a La Rabona), sino girar a la izquierda...

...continuando por un sendero donde veremos numerosos puntos donde se ha protegido el extremo del camino con piedras. Años atrás se retiraron rocas del camino para aumentar su accesibilidad, y la naturaleza (ayudada por la lluvia y el paso del ganado) demostró el por qué de dichas rocas, arruinando tramos del camino. Cuando llueve, este tramo de sendero suele tener una buena enfangada y unos charcos curiosos, que la colocación de piedras ha intentado mitigar, con relativo éxito.

En cierto momento el sendero se abre y no vamos ya a cubierto, pudiendo ver al fondo un colladete, que es conocido como Las Trincheras o Los Gandules...

...adonde podemos llegar por un sendero a mano izquierda que casi seguro pase inadvertido, para continuar por el camino principal, que continúa metiéndose de nuevo en el bosque.

En esta zona se han recuperado y abierto numerosos caminos, así que no nos saldremos del camino principal claro y amplio...

...y al cabo de un rato llegamos a enlazar otro, al lado de los restos de otro poste señalizador, que viene por la izquierda de Yusa, y por la derecha nos dejará en La Atalaya, como hemos dicho, de manera más suave.

En cambio, la opción dura continuaba de frente al llegar a Cuatro Caminos...

...ignorando una cambera algo sucia a mano izquierda, que acaba muriendo en una antigua carbonera.

Tras perder altura durante un rato, encontramos un poste señalizador, y es el momento de dejar el camino principal, diciendo adiós al Faros y Acantilados del Buciero, para hacernos a la izquierda...

...por un sendero claro, con una pendiente muy fuerte.

En gran parte del camino encontraremos que la señalización ha sido estropeada con una hacha o machete (si estamos al loro, incluso veremos marcas hechas en los árboles que sirven de orientación en la compleja red de senderillos abiertos en la zona, que comunican principalmente con La Rabona, y que conviene evitar), pero el trazado del camino es claro, y seguimos ganando altura...

...hasta llegar a una zona más rocosa, desde donde se estabiliza algo la pendiente.

Pronto nos acercamos a un macizo rocoso al que acompañamos por su derecha...

...y un poco más arriba vemos un claro entre los árboles y salimos a La Atalaya, antiguo puesto de vigilancia.

Desde aquí podemos ver las fincas de Yusa debajo nuestro, con la cima del Águila a sus derecha, y más adelante la playa de Berria y al fondo los montes y playas de Noja e Isla. Es momento de hacernos a la derecha...

...por donde circula un claro sendero que pronto gira a la izquierda, para dejarnos enfrente al fondo el macizo del Ganzo, y tras un pequeño salto, pasa un rato manteniendo la altura.

Tras pasar un par de abrigos usados por las cabras de la zona, pasaremos casi sin darnos cuenta de los desprendimientos que se produjeron hace unos años y pasaron por encima del camino...

...y perdemos un poco de altura, girando a mano derecha, momento en el que se une por la izquierda un claro sendero, que viene de La Rabona, y que ignoramos.

Toca ahora un rato de bajada, clara y con la dirección mantenida...

...a mitad de la cual encontramos el poste donde se nos une por la izquierda el trazado suave que viene desde Cuatro Caminos, y seguimos de frente en descenso.

El camino continúa perdiendo altura, hasta llegar a una bonita hoya en la que apenas entra...

...porque el camino gira a la derecha para salir del bosque a un claro, ya perteneciente a Yusa.

El trazado gira aquí a la izquierda, circulando por encima de las fincas, a la vista de la elevación del Águila...

...y pronto se convierte en una amplia cambera, a la vista de la finca de "los pasiegos". Poco después superamos un cierre e ignoramos un callejo a mano derecha que lleva a la citada finca.

Continuando de frente, pronto llegamos a la altura de una cabañuca, viendo a la derecha el fin de la pista de acceso de Yusa (conocida como la "rotonda de Yusa"), donde tiene su acceso la finca del "repatriado"...

...y unos metros después enganchamos la pista, hormigonada, que tomamos a la izquierda, en descenso, y donde ignoramos un sendero a mano izquierda, que nos serviría de atajo y perderíamos menos altura, pero que no forma parte del trazado.

Toca ahora perder altura de manera rápida por la pista, rebasando una antigua casa incendiada años atrás, disfrutando de la vista de las marismas...

...y en la siguiente curva ignoramos una cambera a mano derecha (que se estrecha y acaba dejándonos en la "rotonda del Dueso"), para seguir por la pista.

La pista sólo tienen un desvío más, dando acceso a una casa a mano izquierda...

...y un poco más abajo enganchamos la que une el barrio de El Dueso con el Fuerte del Mazo, dirigiéndonos hacia el último, por la izquierda, compartiendo trazado con el de Tradición Pesquera y Fuertes Napoleónicos.

Tras superar la cruz de recordatorio al Holandés, comenzamos a ver ya el Fuerte del Mazo (o de Napoleón)...

...y la pista equilibra la pendiente y gira a la derecha, uniéndosenos el atajo que viene de la "rotonda de Yusa" por la izquierda.

Mientras ganamos un poco de altura, veremos un poste indicador a la izquierda que nos informa de que por aquí va el sendero de Ecosistemas del Bosque (el que usamos durante un tramo, con círculo rojo, para subir por la variante suave a La Atalaya) y sólo nos queda subir la pendiente a mano derecha...

..para llegar al cruce de caminos donde a la derecha se llega al Fuerte del Mazo, pero nosotros giramos a la izquierda...

...para volver al aparcamiento donde comenzamos la ruta, al lado del Polvorín del Helechal, cerrando el circuito.

Adjunto dos archivo kmz (versión suave bordeando la Rabona, y versión dura, entrando por el este de la Atalaya), editados a partir del original, grabado con un Garmin Oregon 550. Un saludo!