•Longitud: 25 km.(Circuito, aquí descrito con inicio y final en Bejes)
•Localización: Cillórigo de Liébana (Cantabria).
•Desnivel: 1.110 m.(subida más bajada, si se empieza y termina en Bejes)
•Duración: 7 h 30 min. (4h. 30 min. si se hace sólo el circuito Hoyo del Tejo-Vao de Los Lobos-Hoyo del Tejo
•Dificultad: Media-Alta. Trayecto de larga duración y fuerte desnivel, por lo que es interesante o recomendable la pernocta en el refugio del Casetón de Ándara, o simplificar la ruta sólo como circuito con inicio y final en el Hoyo del Tejo.
DESCRIPCIÓN: La vertiente norte del macizo de Ándara se caracteriza sin duda por su historia minera, que se desarrolló sobre todo en la segunda mitad del siglo XIX. Aunque hubo minas en los tres macizos de los Picos de Europa, el de Ándara fue el de mayor actividad, de la que hoy quedan claros vestigios, como bocaminas que se abren a galerías inciertas, restos de barracones (uno hoy convertido en refugio), o la increíble y extensa red de caminos que serpentean por las empinadas laderas, por los que circulaban carros tirados por bueyes y cargados de mineral.
Esta ruta combina un tramo circular (Hoyo del Tejo – Vao de Los Lobos – Refugio de Ándara – Hoyo del Tejo), con un ramal de aproximación (el que sube desde Bejes hasta el Vao de los Lobos). Se puede realizar únicamente el circuito empezando y acabando en el aparcamiento del Hoyo del Tejo, al que se llega por la carretera de Sotres a Tresviso, aunque aquí se describe la opción más larga, con inicio y final en Bejes.
Recorrido Bejes es la última aldea del municipio, a la cual se accede desde La Hermida por una carretera que sigue el mismo trazado que la antigua pista minera. Bejes tiene dos barrios: la Aldea y la Quintana, entre los que se encuentra la iglesia parroquial, a mitad de camino de ambos, que conserva un Cristo policromado del siglo XVI.
Igual que en otros pueblos de los Picos de Europa, la economía de Bejes se basa en la ganadería de montaña. De esta actividad ganadera se obtiene el queso Picón Bejes – Tresviso. Se tata de un queso de pasta azul, muy parecido al Cabrales, aunque de sabor más uniforme. Tiene denominación de origen y ha recibido numerosos premios de carácter nacional e internacional, siendo reconocido como uno de los mejores quesos de pasta azul del mundo.
La ruta se puede empezar a pie desde el mismo Bejes (alt. 590 m.) tomando una pista de hormigón que se inicia detrás de las últimas casas del barrio de la Aldea, y que sube hacia los invernales que hay en el collado de Hoja. Recientemente se ha habilitado un aparcamiento en este punto, justo a la entrada del Parque Nacional, por lo que se puede subir en coche y ganar así una media hora de subida. No obstante, los tiempos de referencia que se dan para esta ruta se han tomado suponiendo el inicio del recorrido en Bejes.

Bejes
La pista minera va ganando altura en una subida continua, y dando varias revueltas hasta llegar al paraje conocido como los Hornos del Dobrillo (1 h. 40 min. / alt. 1.100 m), lugar donde se aprecian los últimos restos de las explanadas en las que se calcinaba la blenda y la calamina, para aligerar así el escombro y continuar su transporte con carros de bueyes hasta las barcazas que había en La Hermida.

Jontaniella desde Hornos del Dobrillo
Pronto se suaviza el camino y en unos pocos minutos, dejando ahora a la derecha el barranco por cuyo fondo discurre el río Urdón, con unas impresionantes vistas al otro lado del cañón del pueblecito de Tresviso, que junto a Bejes, son los afamados productores del queso Picón. Hay un momento en que la caída es prácticamente vertical, con mil metros de desnivel entre la pista y el fondo del barranco, sitio que se conoce como el Salto de la Cabra, donde es frecuente ver desde arriba la majestuosa imagen de a los buitres planeando.
El camino nos lleva hasta un pilón de agua conocido por el Vao de los Lobos (2 h 5 min. / alt. 1.150 m), punto de bifurcación de la ruta, y al que habrá que regresar después de dar toda la vuelta al entramado de pistas mineras. El ramal de la derecha va directamente hacia el Hoyo del Tejo, mientras que el de la izquierda asciende en dirección al interior del Macizo de Ándara. Tomaremos esta última opción, de forma que haremos primero el trayecto de subida para luego regresar por la pista más llana.

Se va ascendiendo siempre a la sombra de las hayas del monte La Llama y luego más arriba del hayedo de la sierra de la Corta. El camino tras un largo trecho sale a una zona de matorrales de enebro que se abrazan a las rocas calizas, dejando ver ahora con más claridad algunas cumbres del macizo; la más evidente es la Pica del Macondiú que se yergue solemne al frente del trayecto.



Pica del Macondiú

En invierno, la pista se puede encontrar fácilmente cerrada por la nieve bajo el Macondiú


Llegando al Casetón de Ándara

Refugio del Casetón de Ándara

Pica del Macondiú
La pista llega a un nuevo cruce, con un ramal a la izquierda que se adentra aún más al interior de las montañas, mientras que nuestro sendero continúa de frente, rodeando la base del Macondiú por el norte. En unos minutos llegamos al refugio del Casetón de Ándara (4 h 10 min / alt. 1.700 m). Este refugio ocupa el casetón remodelado de las antiguas instalaciones mineras, y hoy constituye un buen punto para la reposición de fuerzas y el ataque de nuevas rutas. Tiene guarda en verano y algunos fines de semana de primavera, aunque siempre está abierto para recibir a todo aquel que respetuosamente haga uso de sus instalaciones. En su entorno se pueden ver algunas bocaminas, incluso con restos de vagonetas a la puerta de alguna galería.


El PR 28 abandona estos parajes humanizados y continúa pista abajo en dirección norte, pasando cerca de la majada de la Jazuca. Tras una bajada de 45 minutos, continuas revueltas, la pista termina en el aparcamiento del Hoyo del Tejo (4 h 55 min. / 1.290 m). Pasa por este punto la carretera de Sotres a Tresviso, único acceso rodado a esta población cántabra. Inmediatamente hay que dejar el asfalto y tomar la otra pista que sale a la derecha del aparcamiento, y que inicia un rápido descenso hasta internarse en la parte baja del hayedo de La Corta, y más adelante en el monte de Valdediezma, de alto valor ecológico.


La ruta no tiene pérdida y es cómoda a partir de aquí. Pronto sorprende con encantadores rincones que el camino minero fue conquistando a la dura caliza, que asoma mostrando agudas formas rocosas asomando entre un paisaje kárstico en el que las hayas achaparradas crean un ambiente de cuento de hadas. Se van dejando todos los pequeños ramales y senderos que salen a derecha e izquierda, siguiendo siempre por la arteria principal, que pronto va a dejarse ver en toda su longitud, dando noción de la sabiduría de estos antiguos trazadores de caminos, que realizaron obras como ésta, de una singularidad y desenvoltura fuera de lo normal.

En el fondo del valle, en las pocas zonas de praderas veremos alguna majada como la Cerezal y la Llama. Llegamos de nuevo al Vao de los Lobos, desde donde sólo nos resta seguir el camino que hasta este punto habíamos traído. El final en Bejes (7 h. 35 min. / alt. 590 m.) bien merecerá una parada en la fonda a reponer fuerzas.
