La ruta permite conocer a fondo el bonito río de Los Llares, que en este tramo superior nos regala un sinfín de pozas, rápidos y cascadas entre una exhuberante vegetación de ribera. Después se sube por un bonito hayedo hasta el pico de La Guarda, y se baja por el camino viejo de la Ermita del Moral.
La ruta presenta cierta dificultad. En general hace falta saber moverse por el monte, buena parte de la ruta es por sedos o campo a través, y hay una trepada un poco delicada, especialmente si hay barro. Además hay que vadear el río hasta 11 veces, inevitable meter algún pie en el agua. Con el río crecido la ruta tal como está planteada es imposible, aunque merece la pena hacerla con algo de agua para ver las cascadas en todo su esplendor. Hay tramos en los que la señal del GPS pierde precisión, así que recomiendo tener presente la descripción, sobre todo en la zona de la cascada grande.
Empezamos a andar por la pista que discurre junto al río Los Llares; aunque se puede seguir hasta el final de la misma recomiendo encarecidamente abandonarla en la primera oportunidad para coger un camino que enseguida desaparece, y seguir por sendas del ganado que van junto al río. El camino puede estar bastante embarrado, pero creo que merece la pena andar junto al río y ver las primeras pocillas, rápidos y "toboganes", transitando por viejas camberas abandonadas y cubiertas de musgo.
A la altura del Arroyo de la Aceitería o de la Teba no nos queda otra que volver a la espantosa pista, aunque por suerte termina un kilómetro después para subir por el camino de Joyancón, aunque nosotros seguimos por el río. En este tramo hay que ir por la vera del río vadeándolo cuantas veces sea necesario para ir siempre por la orilla más transitable; la última vez yo conté hasta 11 cruces. En este tramo el GPS es de poca ayuda, ya que hay zonas muy angostas en las que la señal es bastante mala.
El río va ganando en belleza según subimos, y pronto nos muestra los primeros saltos de agua. Poco después de llegar a la desembocadura de un regato con una pequeña cascada el río se encaja, haciendo casi imposible transitar por él; aquí recomiendo subir por un sendero (wpt "Subida") que va por la ladera derecha (izquierda según se sube), aunque asomándonos al río cuando podamos para ver dos cascadas más.
Pronto vemos a nuestra derecha un regato que se despeña en lo parece una gran cascada de 50 metros, aunque en realidad son tres cascadas escalonadas, con sus respectivas pozas. Aunque parezca imposible la ruta sube junto a la cascada, para eso hay que seguir unos metros aguas arriba por el río Los Llares, cruzarlo y trepar por una pequeña senda de ganado, pasando junto con un roble grande con musgo (wpt "Trepada roble"). Esta trepada es algo expuesta, y puede resultar delicada si nos encontramos con barro. Después seguimos por una vaguada que discurre por la margen derecha del regato (izquierda según subimos), aunque recomiendo irse asomando al mismo para contemplar los distintos saltos de la cascada, e incluso, si se tercia, darse una buena ducha. En un corto tramo, este regato nos muestra hasta 6 cascadas encadenadas.
Si la ruta se hace en sentido contrario, al bajar por este vallejo es importante coger la vaguada que va por la margen derecha y buscar el roble grande para destrepar hasta el río Los Llares. una vez en este río hay que cruzarlo y separarse un poco de su orilla al principio, bajando por otra vaguada que va por su derecha.
Seguimos por la margen derecha del Vallejo de las Hayas, y nos adentramos en el hermoso hayedo que sin duda le da nombre, donde veremos ejemplares con formas de lo más caprichoso. Aquí podemos subir según nos dicte nuestro instinto, disfruntando de la libertad que nos ofrece el bosque; únicamente cuando llegamos arriba conviene encontrar algún sendero entre los tojos que tendremos que atravesar, y finalmente subir por un camino hasta la pista que cumbrea. Aquí nos podemos asomar al pico de La Guarda y contemplar la zona de Bárcena Mayor, y después seguir por la pista hasta la braña de El Salce.
Existe una subida alternativa más corta, aunque mucho menos interesante, que sube directamente a esta braña por el Pernal de Perojo. Para eso hay que cruzar el regato, coger una senda (wpt "senda alternativa") que discurre a media ladera y al llegar a la divisoria subir a derecho.
Desde El Salce bajamos de vuelta por el camino viejo de la Ermita del Moral, que está marcado con postes con marcas blancas y amarillas (PR-S110)
http://www.rutasytracks.com/foros/index.php?topic=2121.0. Salimos de la pista principal y vamos por el cordal hasta llegar a la Manzana, donde podremos ver un antiguo colmenar rodeado por un muro supuestamente para protegerlo de los osos que antaño moraban por estos lares. Después bajamos por el Pernal del Toro cruzando un acebal y bosques de roble y haya, y seguimos por una cambera hasta el Arroyo de Las Cortes, que seguiremos hasta el final por un camino balizado, disfrutando todavía de alguna cascada, pozas y toboganes hasta llegar al punto de partida.
