1
Guías y Artículos / Túneles de aprovechamiento hidraúlico del Saja y caminos de Cureñas y Costanilla
« Último mensaje por farodelcaballo en 04 de Noviembre de 2025, 18:56:15 pm »Hoy vamos a juntar dos temas en uno: por un lado, los caminos laterales más notorios de la Canal de Cureñas, en el tramo alto del Saja, y por otro, el fallido intento de construcción de presas y túneles para un aprovechamiento hidráulico del río.

Empezamos hablando de lo último, del proyecto fallido. Aquí tenemos una historia típicamente española: ingenieros brillantes, un proyecto de alto nivel, una burocracia que engulle el proyecto y lo empacha durante años y años, potentes empresas rivales que tratan de meterse al oler negocio, justicia lenta, y cuando todo parece resolverse, se agota el empuje inicial y el proyecto queda en el olvido, con apenas unas bocas de túneles cada vez más olvidadas en mitad del monte. A día de hoy, disfrutamos del río en su estado original, gracias a ese fracaso.

El 18 de agosto de 1899, Leonardo Torres Quevedo, ingeniero de caminos residente en Madrid, insigne cántabro (vecino de Molledo con residencia accidental en Madrid), firmaba el "Proyecto para aprovechamiento de aguas para usos industriales utilizando las del Río Saja en el término municipal de Los Tojos", presentado el mismo 25 de agosto al Gobernador Civil de Santander. El 12 de septiembre de 1900 se incoa expediente en Santander, y todo parece que va adelante el proyecto para captación de aguas del Saja, a través de los arroyos del Infierno y del Diablo. Estos nombres algo rimbombantes, vienen a ser el Bijoz, y el propio Saja, que baja de la unión del Guariza y del Diablo algo más abajo de la Hoyucas, mismamente bajo sendos puentes en la pista que atraviesa Sejos hacia los collados purriegos. El Diablo es también el propio Saja, que algo más arriba de la unión dicha recibe las aguas de La Bárcena, tras haber nacido en la Cuenca del Cuquillo, a los pies de la Sierra del Cordel. Dejamos la hidrología y seguimos con la historia. Publicado en el Boletín Oficial de la Provincia, se remite adicto al alcalde de Los Tojos para su exposición pública y se solicita informe a la Jefatura de Obras Públicas, que indica que no se explica suficientemente los materiales y dimensiones de la presa que se pretende ubicar en la zona de Tramburríos. El dueño del Molino del Lápiz y la Mina La Favorita, Julián de Terán, argumenta en contra del proyecto, que esperaba mermara las aguas que empleaba para lavar el mineral, pero sus argumentos son desestimados.

La tramitación de proyecto avanza, y Leonardo se enfrasca en el desarrollo de sus máquinas algebraicas, así que le encarga la memoria adicional de la presa a Jesús Pineda. En abril de 1900 la División de Trabajos Hidráulicos del Miño propone que se le otorgue la concesión, pero Luis (hermano de Leonardo) presenta mejoras al proyecto, emplazando dos presas aguas arribas de Tramburríos, en los ríos Reburdiajos y Sejo (el Bijoz y el Saja), obteniendo de nuevo aprobación por la División del Miño. El Consejo Provincial de Agricultura no ve problema en la concesión, si se instalan escalas salmoneras (sí, no sólo había truchas aquí, sino hasta salmones) y asegurar un caudal de 2000 litros por segundo (atención al dato, 2000, litros, segundo). Cuando se les comunica que no es posible llegar a semejante cifra, la tramitación queda interrumpida. Los salmones han vencido al proyecto. Si vamos a los datos del Ministerio de Transportes, a la altura de Torrelavega, antes de recibir las aguas del Besaya, el caudal medio son unos 12.000 litros por segundo, pero hay meses en los que se acerca, o directamente se baja de esos 2000 litros que se exigía arribísima de ese punto. El proyecto descarta la ladera derecha para la canalización, ya que el desarrollo adquiriría un incremento grandísimo y el terreno distaba mucho de ser bueno. La ladera izquierda presentaba escarpados de cotas considerables, lo que implicaba la creación de varios túneles, que a cambio dejarían la canalización en 2190'19 metros, en vez de los contorneados 4 o 5 kilómetros. Viendo que el terreno era de caliza compacta y afloramientos, no se consideró necesario hacer la conducción forzada en tubo de hierro sino excavarla en galería a profundidad suficiente con 1'5 metros de diámetro y revestirla con hormigón hidraúlico de 20 centimetros de grosor, dejando una sección de 1'1 metros. La conducción tendría 680'99 metros en total, partiendo de la cota 1127'93 metros y, recorridos 432'74 metros, a partir de la cota 1008 metros, aumentaría su pendiente, recorriendo otros 173'33 metros. En la cota 850'3, cuatro metros antes del final de la conducción forzada, el agua recorrería los 70'9 metros finales a través de un tubo de chapa de 1'1 metros de diámetro y 20 mm de espesor (capaz de resistir 30 atmósferas), pasando por debajo de la carretera a Reinosa, y llegando al pozo de turbinas en el Prado del Molino.

El proyecto de Luis queda traspapelado en la Jefatura de Obras Públicas, pero la empresa catalana Carburos Metálicos huele negocio, y el 7 de enero de 1912 presenta una solicitud de explotación del Río Saja, con vistas a sacar energía para una industria electroquímica que ubicarían en Santander o en Comillas, y que les demandaría 50.000 HP. Proponían crear tres presas, las dos primeras en la Canal de Reburdiajo y la de la Concilla (de nuevo, se entiende que el Bijoz y el Saja) para canalizar las aguas en túneles, y realizar una tubería de caída de 292 metros a una sala de máquinas arriba de Tramburríos, devolviendo las aguas abajo al Saja. Una tercera presa se situaría en el Río Argoza, 500 metros aguas arriba del puente de Bárcena Mayor, devolviendo las aguas pasado el pueblo. En su solicitud pedían que se declarasen caducadas las concesiones aprobadas y pendientes de construcción de Tomás Garmendia y Valentín Arcetivaurtena en el Argoza, y la de Luis Torres Quevedo (además de otras de Tomás Garmendia y Antonio Ruiz Velasco de 1911) en el cauce alto del Saja.

En abril de 1912 Luis solicita que se anulen las peticiones que eran posteriores a la suya (1900) y que son incompatibles con ella. Comienza un cruce de peticiones de anulación, presentados también por Garmendia y Carburos Metálicos, y finalmente el Consejo de Estado emite informe el 4 de diciembre de 1912, otorgando la concesión a Luis Torres Quevedo. Ahí no acabó la cosa, y siguió el rifirrafe legal, de manera que ninguno de los proyectos de aprovechamiento llegó a materializarse.

Acaba la historia, y comienza el pateo. No llegó a materializarse el proyecto...salvo algunas cosas. Por un lado se depositaron tubos para la canalización que bajaría hasta la zona de la Mina El Lapiz, bautizando el Prado Los Tubos, donde los niños de Saja se metían dentro a jugar, y sobre todo quedan las bocas de los túneles, que en algún momento de la historia se comenzaron a picar en la zona de Tramburríos, la Canal de la Capazosa, la Canal de la Costanilla, y el Monte Jilguero. En las dos canales además se conservan los restos de edificaciones o casetones, dedicados a guardar material y cobijar a los obreros.

Ahora vamos a ir explicando los diferentes túneles, los caminos por donde se llegan, y mezclaremos un poco la historia del proyecto con la de los caminos. Lo primero, sorprende un poco el mapa que manejaban en los proyectos y el topográfico actual, donde no aparece tan sobredimensionaba la Peña El Tojo, entre las canales de la Capazosa y la de la Costanilla.

Sobre este mapa más actual, vamos a ubicar 3 caminos principales, algunos muy transitados: el camino de subida a Sejos por la Canal de Cureñas, el camino de subida del ganado a la Costanilla por el Posadorio, y la pistona de subida a Bucierca desde Saja por el Monte Jilguero.

Dentro de la canal de Cureñas vamos a hablar de 4 senderillos laterales (el del Cojo, el del Vallejo Negro, el de la Cueva Subarnil o Sobarniz, y el de la Cantera) pero sobre todo de la vía de servicio hacia la Canal de la Capazosa. En la Canal de la Costanilla nos interesará el llamado camino de la Fragua, que da acceso al casetón y túneles finales antes del Monte Jilguero.

Podemos ver más en detalle toda la zona en la que nos vamos a mover para buscar las bocas de los túneles, desde la Boca El Uno (en Tramburríos), la Boca el Dos y la Boca El Tres (en la Canal de la Capazosa), la Boca el Cuatro y la Boca el Cinco (en la Canal de la Costanilla) y la Boca El Seis (en el extremo superior del Monte Jilguero).

Todas las imágenes históricas y los planos forman parte de una exposición muy interesante que se recomienda visitar en el Centro de Interpretación del Parque Natural Saja Besaya, y la ubicación de los túneles fue posible gracias a las amabilísimas y detalladas explicaciones de José Luis Ibáñez, que conoce Los Tojos al palmo. Cualquier cosa que descubramos, este hombre ya estuvo allí. En su facebook tiene fotos mejores que las que se mostrarán a continuación, y más explicaciones sobre los túneles y la evolución del proyecto. Puede visitarse en https://www.facebook.com/joseluis.ibanez.5036/posts/pfbid02mLs8dgsJ312bKrPWVZ16FmjMR5EAZk9EpFcfmEPardq7mguRkALLdiWKB3BZpZcxl
Empezamos por arriba. Si estamos en la archiconocida Canal de Cureñas, desde el aparcamiento de Haya Cruzada, y en dirección a Sejos, pasando Tramburríos hacia arriba, justo antes de comenzar todas las revueltas de subida, vamos a encontrar dos caminos que van a cruzar el Saja, el Camino del Cojo, y el Camino del Vallejo Negro.

El del Cojo se ve como una clara cambera a mano derecha...

...y que en unos pocos metros nos lleva al cauce del Saja.

El vado no es nada del otro mundo, si no ha caído mucha agua, pero cuidado con las piedras que resbalan.

Al otro lado el camino de repente comienza a subir de manera fuerte por la ladera, y parece bifurcarse, siendo el ramal principal el que marcha a la izquierda...

...para un sencillo vado de la Regata La Concilla, a partir del cual se difumina y muere en la siguiente ladera.

El ramal que no cruzaba la regata, a la derecha, avanza perdiendo levemente altura por entre la vegetación...

...cruzando una zona de piedras medianas...

...para acabar como traza de caminillo al lado de unas grandes piedras.

Se ve que en las mismas hubo aprovechamiento de tipo ganadero, ya que tuvo algo parecido a cierre.


A mitad de camino por la Canal de Cureñas hacia Tramburríos encontramos otro caminillo, algo más tímido, que baja a mano derecha al río...

...y tras un par de curvas...

...desemboca en un vado menos sencillo y evidente que los anteriores, donde no se ve traza de camino adelante, pero en su día daría servicio al Vallejo Negro y la subida a la Sel de la Capazosa.

Pasamos ahora al siguiente sector, la zona de Tramburríos a la Capazosa, y la Cueva Subarnil.

Toca ahora bajar hacia Tramburríos, donde veremos el puentón de cemento, y a su izquierda, si nos fijamos, veremos el primer túnel, la Boca del Uno.

Se puede llegar a su entrada con cuidado de no resbalar en las pulidísimas superficies de roca...

...de manera que ante nosotros se presenta la encharcadísima Boca del Uno.

Si cruzamos el puente de la losa de cemento de Tramburríos...

...empezamos a transitar el camino de servicio hacia la Canal de la Capazosa, por cuyo recorrido encontraremos grandes bloques de piedra.

En cierto momento encontramos ya las dos estructuras de las que sólo quedan los muros, y que se dedicaban a albergar materiales y operarios de la obra.



Continuamos adelante por el camino...

...y llegamos ya a la Canal de la Capazosa, donde veremos al frente la Boca el Tres, y algún resto de la actividad.

Por un lado, a la derecha de la boca tenemos bloques con pernos roscados donde se supone que iría sujeta maquinaría...

...por otro tenemos la propia boca del túnel...

...y unos metros más arriba se encuentra una especia de pileta para recogida de agua.

Al otro lado de la canal, podemos intuir lo que sería la Boca El Dos, colapsada, y que pasa más desapercibida.

Es hora de decir adiós a la Capazosa, y volver a pasar por los edificios de servicio...

...y cuando estemos a mitad de camino de volver a Tramburríos, nos fijamos en un castro con un corte vertical considerable.

Si abandonamos el camino y vamos bajando por su borde, se va viendo que tiene abrigo muy adecuado para el ganado...

...y un poco más abajo nos encontramos con la Cueva Subarnil o Sobarniz, que sirvió de cobijo en su momento a una familia, que subsistía malamente, seguramente al rebufo de las obras, o esperando que estas se concretaran. Según parece, eso mismo sucedió en las Casas de La Costanilla, cuyas ruinas pueden verse al borde de la carretera al paso por dicha canal.

De la cueva sigue un sendero claro al borde del río...

...adonde bajamos por una laderuca algo abrupta por el paso de animales, que la han erosionado.

El vado es pintoresco, y sin mucha agua se cruza sin problemas.

La vista atrás nos deja claro el camino por donde hemos bajado, una especie de rampa natural.

En la otra ladera, el camino sigue algo tímido...

...hasta que se vuelve rotunda cambera, que nos lleva al poco a enlazar con el camino principal de Cureñas.

En la foto, mirando hacia Tramburríos, vigilados a lo lejos por Monte Redondo, se ve claramente el punto donde la cambera se separa del camino principal de Cureñas.

Aún nos queda otro caminejo mientras bajamos hacia el parking de Haya Cruzada, antes de llegar a la Canal de la Poaleja, tras la que hay una portilla de troncos y alambre.

El Camino de La Cantera se ve al lado del principal...

...y tras perder altura, equilibra la pendiente, llegando a morir sin mayor historia, en un punto donde se extraía piedra, de ahí el nombre del camino.

Pasamos ahora a la zona de la Costanilla y el Monte Jilguero. Aquí los dos caminos de referencia son por un lado, el Camino del Posadorio (ampliamente usado para tránsito de ganado) en verde, y la pistona que sube de Saja hacia Bucierca y Carracedo, de paso a Tudanca.

Por el primer camino, tomando el camino lateral que va a la Fragua, encontraremos las bocas 4 y 5, y saliéndonos por el monte desde la curvona de la pista de Bucierca, encontraremos la Boca El Seis.

Empecemos por esta última. Si nos salimos de la pista en la citada curva, y seguimos por el monte al frente y perdiendo algo de altura, es casi imposible no darse de bruces con su boca. Es mejor perder altura de más, ya que llegado el caso, podemos ver la escombrera acumulada (y casi asimilada por el bosque) que se sacó del túnel, y que nos alerta de la proximidad del mismo. Según se cuenta, se utilizó el material sacado del túnel para la construcción de la pista.

La Boca El Seis.

A escasos metros nos encontramos con una torca o un inicio de galería, quizá de alivio de presión, quizá de inicio de canalización forzada, o quizá nada de esto. ¿Quién lo sabe?

La Boca El Seis se ve perfectamente desde ella, detrás de las hayas a la izquierda.

Para hablar de la Fragua y sus bocas, vamos a ir al revés, desde la misma hacia el camino del Posadorio. Lo primero, al lado de la boca más clara, la Cinco, hay un edificio de servicio pequeño, que podría ser la propia Fragua, o no.

A su lado está la Boca El Cinco, que conectaba atravesando la peña (hay un derrumbe) a la del Seis.

Por la otra mano, en derrumbe, parece que estaría la Boca El Cuatro, aunque la cosa está lejos de estar clara.

Bajando de las ruinas por la ribera izquierda baja un senderillo al Vado la Fragua...

...de donde subimos a unas ruinas de factura muy similar, con dos estancia, a las de la Capazosa, pudiendo ser o no La Fragua estas ruinas o las de los túneles.



Al seguir camino adelante, enlazamos el Camino del Posadorio en una fuerte curva. La Llana el Posadorio nos queda abajo, y al poco la carretera, y arriba subiríamos al Vado del Sel de la Costanilla y al propio sel.

Ante la duda de si subir de La Fragua arriba, el Camino del Posadorio (verde) es ampliamente usado para subir y bajar ganado por la zona, llegando sin mayor problema al Sel de la Costanilla. Accediendo al mismo por su vado, se gana sin mayor problema todo el cordalillo que divide Prado y Bucierca, que es transitable perfectamente, y a la hora de llegar a la altura del refugio de Bucierca lo abandonamos y salimos a enlazar la pista de Saja a Bucierca (rojo).

Más miga tendría el paso del Seis a La Fragua, aunque si estamos hechos a andar a monte, no hay problema, siguiendo adelante de la Boca El Seis, salimos a un estacado al borde del Monte Jilguero. Podemos saltar el estacado, o unos metros más arriba hay un paso de escalerilla, y salimos a una pendiente con arbusto algo molesto pero negociable, que nos deja meternos en el hayedo de la lomba de la Costanilla. Allí tenemos que ir hasta el borde que da a la propia canal, y remontar un poco. Encontraremos las ruinas de un chozo, y al poco, en el borde mientras subimos, rebasamos un gran roble, y una rotunda haya. Si nos tiramos a la canal, caeremos mismamente sobre la boca de los túneles. En la zona al parecer hay fauna salvaje, de gran tamaño, y con crías, así que habrá que ir cantando, silbando, y ante la más mínima presencia, dar la vuelta.

Adjunto un archivo kmz donde se pueden ver los caminos descritos y los puntos donde se ubican las bocas de los túneles. Un saludo!

Empezamos hablando de lo último, del proyecto fallido. Aquí tenemos una historia típicamente española: ingenieros brillantes, un proyecto de alto nivel, una burocracia que engulle el proyecto y lo empacha durante años y años, potentes empresas rivales que tratan de meterse al oler negocio, justicia lenta, y cuando todo parece resolverse, se agota el empuje inicial y el proyecto queda en el olvido, con apenas unas bocas de túneles cada vez más olvidadas en mitad del monte. A día de hoy, disfrutamos del río en su estado original, gracias a ese fracaso.

El 18 de agosto de 1899, Leonardo Torres Quevedo, ingeniero de caminos residente en Madrid, insigne cántabro (vecino de Molledo con residencia accidental en Madrid), firmaba el "Proyecto para aprovechamiento de aguas para usos industriales utilizando las del Río Saja en el término municipal de Los Tojos", presentado el mismo 25 de agosto al Gobernador Civil de Santander. El 12 de septiembre de 1900 se incoa expediente en Santander, y todo parece que va adelante el proyecto para captación de aguas del Saja, a través de los arroyos del Infierno y del Diablo. Estos nombres algo rimbombantes, vienen a ser el Bijoz, y el propio Saja, que baja de la unión del Guariza y del Diablo algo más abajo de la Hoyucas, mismamente bajo sendos puentes en la pista que atraviesa Sejos hacia los collados purriegos. El Diablo es también el propio Saja, que algo más arriba de la unión dicha recibe las aguas de La Bárcena, tras haber nacido en la Cuenca del Cuquillo, a los pies de la Sierra del Cordel. Dejamos la hidrología y seguimos con la historia. Publicado en el Boletín Oficial de la Provincia, se remite adicto al alcalde de Los Tojos para su exposición pública y se solicita informe a la Jefatura de Obras Públicas, que indica que no se explica suficientemente los materiales y dimensiones de la presa que se pretende ubicar en la zona de Tramburríos. El dueño del Molino del Lápiz y la Mina La Favorita, Julián de Terán, argumenta en contra del proyecto, que esperaba mermara las aguas que empleaba para lavar el mineral, pero sus argumentos son desestimados.

La tramitación de proyecto avanza, y Leonardo se enfrasca en el desarrollo de sus máquinas algebraicas, así que le encarga la memoria adicional de la presa a Jesús Pineda. En abril de 1900 la División de Trabajos Hidráulicos del Miño propone que se le otorgue la concesión, pero Luis (hermano de Leonardo) presenta mejoras al proyecto, emplazando dos presas aguas arribas de Tramburríos, en los ríos Reburdiajos y Sejo (el Bijoz y el Saja), obteniendo de nuevo aprobación por la División del Miño. El Consejo Provincial de Agricultura no ve problema en la concesión, si se instalan escalas salmoneras (sí, no sólo había truchas aquí, sino hasta salmones) y asegurar un caudal de 2000 litros por segundo (atención al dato, 2000, litros, segundo). Cuando se les comunica que no es posible llegar a semejante cifra, la tramitación queda interrumpida. Los salmones han vencido al proyecto. Si vamos a los datos del Ministerio de Transportes, a la altura de Torrelavega, antes de recibir las aguas del Besaya, el caudal medio son unos 12.000 litros por segundo, pero hay meses en los que se acerca, o directamente se baja de esos 2000 litros que se exigía arribísima de ese punto. El proyecto descarta la ladera derecha para la canalización, ya que el desarrollo adquiriría un incremento grandísimo y el terreno distaba mucho de ser bueno. La ladera izquierda presentaba escarpados de cotas considerables, lo que implicaba la creación de varios túneles, que a cambio dejarían la canalización en 2190'19 metros, en vez de los contorneados 4 o 5 kilómetros. Viendo que el terreno era de caliza compacta y afloramientos, no se consideró necesario hacer la conducción forzada en tubo de hierro sino excavarla en galería a profundidad suficiente con 1'5 metros de diámetro y revestirla con hormigón hidraúlico de 20 centimetros de grosor, dejando una sección de 1'1 metros. La conducción tendría 680'99 metros en total, partiendo de la cota 1127'93 metros y, recorridos 432'74 metros, a partir de la cota 1008 metros, aumentaría su pendiente, recorriendo otros 173'33 metros. En la cota 850'3, cuatro metros antes del final de la conducción forzada, el agua recorrería los 70'9 metros finales a través de un tubo de chapa de 1'1 metros de diámetro y 20 mm de espesor (capaz de resistir 30 atmósferas), pasando por debajo de la carretera a Reinosa, y llegando al pozo de turbinas en el Prado del Molino.

El proyecto de Luis queda traspapelado en la Jefatura de Obras Públicas, pero la empresa catalana Carburos Metálicos huele negocio, y el 7 de enero de 1912 presenta una solicitud de explotación del Río Saja, con vistas a sacar energía para una industria electroquímica que ubicarían en Santander o en Comillas, y que les demandaría 50.000 HP. Proponían crear tres presas, las dos primeras en la Canal de Reburdiajo y la de la Concilla (de nuevo, se entiende que el Bijoz y el Saja) para canalizar las aguas en túneles, y realizar una tubería de caída de 292 metros a una sala de máquinas arriba de Tramburríos, devolviendo las aguas abajo al Saja. Una tercera presa se situaría en el Río Argoza, 500 metros aguas arriba del puente de Bárcena Mayor, devolviendo las aguas pasado el pueblo. En su solicitud pedían que se declarasen caducadas las concesiones aprobadas y pendientes de construcción de Tomás Garmendia y Valentín Arcetivaurtena en el Argoza, y la de Luis Torres Quevedo (además de otras de Tomás Garmendia y Antonio Ruiz Velasco de 1911) en el cauce alto del Saja.

En abril de 1912 Luis solicita que se anulen las peticiones que eran posteriores a la suya (1900) y que son incompatibles con ella. Comienza un cruce de peticiones de anulación, presentados también por Garmendia y Carburos Metálicos, y finalmente el Consejo de Estado emite informe el 4 de diciembre de 1912, otorgando la concesión a Luis Torres Quevedo. Ahí no acabó la cosa, y siguió el rifirrafe legal, de manera que ninguno de los proyectos de aprovechamiento llegó a materializarse.

Acaba la historia, y comienza el pateo. No llegó a materializarse el proyecto...salvo algunas cosas. Por un lado se depositaron tubos para la canalización que bajaría hasta la zona de la Mina El Lapiz, bautizando el Prado Los Tubos, donde los niños de Saja se metían dentro a jugar, y sobre todo quedan las bocas de los túneles, que en algún momento de la historia se comenzaron a picar en la zona de Tramburríos, la Canal de la Capazosa, la Canal de la Costanilla, y el Monte Jilguero. En las dos canales además se conservan los restos de edificaciones o casetones, dedicados a guardar material y cobijar a los obreros.

Ahora vamos a ir explicando los diferentes túneles, los caminos por donde se llegan, y mezclaremos un poco la historia del proyecto con la de los caminos. Lo primero, sorprende un poco el mapa que manejaban en los proyectos y el topográfico actual, donde no aparece tan sobredimensionaba la Peña El Tojo, entre las canales de la Capazosa y la de la Costanilla.

Sobre este mapa más actual, vamos a ubicar 3 caminos principales, algunos muy transitados: el camino de subida a Sejos por la Canal de Cureñas, el camino de subida del ganado a la Costanilla por el Posadorio, y la pistona de subida a Bucierca desde Saja por el Monte Jilguero.

Dentro de la canal de Cureñas vamos a hablar de 4 senderillos laterales (el del Cojo, el del Vallejo Negro, el de la Cueva Subarnil o Sobarniz, y el de la Cantera) pero sobre todo de la vía de servicio hacia la Canal de la Capazosa. En la Canal de la Costanilla nos interesará el llamado camino de la Fragua, que da acceso al casetón y túneles finales antes del Monte Jilguero.

Podemos ver más en detalle toda la zona en la que nos vamos a mover para buscar las bocas de los túneles, desde la Boca El Uno (en Tramburríos), la Boca el Dos y la Boca El Tres (en la Canal de la Capazosa), la Boca el Cuatro y la Boca el Cinco (en la Canal de la Costanilla) y la Boca El Seis (en el extremo superior del Monte Jilguero).

Todas las imágenes históricas y los planos forman parte de una exposición muy interesante que se recomienda visitar en el Centro de Interpretación del Parque Natural Saja Besaya, y la ubicación de los túneles fue posible gracias a las amabilísimas y detalladas explicaciones de José Luis Ibáñez, que conoce Los Tojos al palmo. Cualquier cosa que descubramos, este hombre ya estuvo allí. En su facebook tiene fotos mejores que las que se mostrarán a continuación, y más explicaciones sobre los túneles y la evolución del proyecto. Puede visitarse en https://www.facebook.com/joseluis.ibanez.5036/posts/pfbid02mLs8dgsJ312bKrPWVZ16FmjMR5EAZk9EpFcfmEPardq7mguRkALLdiWKB3BZpZcxl
Empezamos por arriba. Si estamos en la archiconocida Canal de Cureñas, desde el aparcamiento de Haya Cruzada, y en dirección a Sejos, pasando Tramburríos hacia arriba, justo antes de comenzar todas las revueltas de subida, vamos a encontrar dos caminos que van a cruzar el Saja, el Camino del Cojo, y el Camino del Vallejo Negro.

El del Cojo se ve como una clara cambera a mano derecha...

...y que en unos pocos metros nos lleva al cauce del Saja.

El vado no es nada del otro mundo, si no ha caído mucha agua, pero cuidado con las piedras que resbalan.

Al otro lado el camino de repente comienza a subir de manera fuerte por la ladera, y parece bifurcarse, siendo el ramal principal el que marcha a la izquierda...

...para un sencillo vado de la Regata La Concilla, a partir del cual se difumina y muere en la siguiente ladera.

El ramal que no cruzaba la regata, a la derecha, avanza perdiendo levemente altura por entre la vegetación...

...cruzando una zona de piedras medianas...

...para acabar como traza de caminillo al lado de unas grandes piedras.

Se ve que en las mismas hubo aprovechamiento de tipo ganadero, ya que tuvo algo parecido a cierre.


A mitad de camino por la Canal de Cureñas hacia Tramburríos encontramos otro caminillo, algo más tímido, que baja a mano derecha al río...

...y tras un par de curvas...

...desemboca en un vado menos sencillo y evidente que los anteriores, donde no se ve traza de camino adelante, pero en su día daría servicio al Vallejo Negro y la subida a la Sel de la Capazosa.

Pasamos ahora al siguiente sector, la zona de Tramburríos a la Capazosa, y la Cueva Subarnil.

Toca ahora bajar hacia Tramburríos, donde veremos el puentón de cemento, y a su izquierda, si nos fijamos, veremos el primer túnel, la Boca del Uno.

Se puede llegar a su entrada con cuidado de no resbalar en las pulidísimas superficies de roca...

...de manera que ante nosotros se presenta la encharcadísima Boca del Uno.

Si cruzamos el puente de la losa de cemento de Tramburríos...

...empezamos a transitar el camino de servicio hacia la Canal de la Capazosa, por cuyo recorrido encontraremos grandes bloques de piedra.

En cierto momento encontramos ya las dos estructuras de las que sólo quedan los muros, y que se dedicaban a albergar materiales y operarios de la obra.



Continuamos adelante por el camino...

...y llegamos ya a la Canal de la Capazosa, donde veremos al frente la Boca el Tres, y algún resto de la actividad.

Por un lado, a la derecha de la boca tenemos bloques con pernos roscados donde se supone que iría sujeta maquinaría...

...por otro tenemos la propia boca del túnel...

...y unos metros más arriba se encuentra una especia de pileta para recogida de agua.

Al otro lado de la canal, podemos intuir lo que sería la Boca El Dos, colapsada, y que pasa más desapercibida.

Es hora de decir adiós a la Capazosa, y volver a pasar por los edificios de servicio...

...y cuando estemos a mitad de camino de volver a Tramburríos, nos fijamos en un castro con un corte vertical considerable.

Si abandonamos el camino y vamos bajando por su borde, se va viendo que tiene abrigo muy adecuado para el ganado...

...y un poco más abajo nos encontramos con la Cueva Subarnil o Sobarniz, que sirvió de cobijo en su momento a una familia, que subsistía malamente, seguramente al rebufo de las obras, o esperando que estas se concretaran. Según parece, eso mismo sucedió en las Casas de La Costanilla, cuyas ruinas pueden verse al borde de la carretera al paso por dicha canal.

De la cueva sigue un sendero claro al borde del río...

...adonde bajamos por una laderuca algo abrupta por el paso de animales, que la han erosionado.

El vado es pintoresco, y sin mucha agua se cruza sin problemas.

La vista atrás nos deja claro el camino por donde hemos bajado, una especie de rampa natural.

En la otra ladera, el camino sigue algo tímido...

...hasta que se vuelve rotunda cambera, que nos lleva al poco a enlazar con el camino principal de Cureñas.

En la foto, mirando hacia Tramburríos, vigilados a lo lejos por Monte Redondo, se ve claramente el punto donde la cambera se separa del camino principal de Cureñas.

Aún nos queda otro caminejo mientras bajamos hacia el parking de Haya Cruzada, antes de llegar a la Canal de la Poaleja, tras la que hay una portilla de troncos y alambre.

El Camino de La Cantera se ve al lado del principal...

...y tras perder altura, equilibra la pendiente, llegando a morir sin mayor historia, en un punto donde se extraía piedra, de ahí el nombre del camino.

Pasamos ahora a la zona de la Costanilla y el Monte Jilguero. Aquí los dos caminos de referencia son por un lado, el Camino del Posadorio (ampliamente usado para tránsito de ganado) en verde, y la pistona que sube de Saja hacia Bucierca y Carracedo, de paso a Tudanca.

Por el primer camino, tomando el camino lateral que va a la Fragua, encontraremos las bocas 4 y 5, y saliéndonos por el monte desde la curvona de la pista de Bucierca, encontraremos la Boca El Seis.

Empecemos por esta última. Si nos salimos de la pista en la citada curva, y seguimos por el monte al frente y perdiendo algo de altura, es casi imposible no darse de bruces con su boca. Es mejor perder altura de más, ya que llegado el caso, podemos ver la escombrera acumulada (y casi asimilada por el bosque) que se sacó del túnel, y que nos alerta de la proximidad del mismo. Según se cuenta, se utilizó el material sacado del túnel para la construcción de la pista.

La Boca El Seis.

A escasos metros nos encontramos con una torca o un inicio de galería, quizá de alivio de presión, quizá de inicio de canalización forzada, o quizá nada de esto. ¿Quién lo sabe?

La Boca El Seis se ve perfectamente desde ella, detrás de las hayas a la izquierda.

Para hablar de la Fragua y sus bocas, vamos a ir al revés, desde la misma hacia el camino del Posadorio. Lo primero, al lado de la boca más clara, la Cinco, hay un edificio de servicio pequeño, que podría ser la propia Fragua, o no.

A su lado está la Boca El Cinco, que conectaba atravesando la peña (hay un derrumbe) a la del Seis.

Por la otra mano, en derrumbe, parece que estaría la Boca El Cuatro, aunque la cosa está lejos de estar clara.

Bajando de las ruinas por la ribera izquierda baja un senderillo al Vado la Fragua...

...de donde subimos a unas ruinas de factura muy similar, con dos estancia, a las de la Capazosa, pudiendo ser o no La Fragua estas ruinas o las de los túneles.



Al seguir camino adelante, enlazamos el Camino del Posadorio en una fuerte curva. La Llana el Posadorio nos queda abajo, y al poco la carretera, y arriba subiríamos al Vado del Sel de la Costanilla y al propio sel.

Ante la duda de si subir de La Fragua arriba, el Camino del Posadorio (verde) es ampliamente usado para subir y bajar ganado por la zona, llegando sin mayor problema al Sel de la Costanilla. Accediendo al mismo por su vado, se gana sin mayor problema todo el cordalillo que divide Prado y Bucierca, que es transitable perfectamente, y a la hora de llegar a la altura del refugio de Bucierca lo abandonamos y salimos a enlazar la pista de Saja a Bucierca (rojo).

Más miga tendría el paso del Seis a La Fragua, aunque si estamos hechos a andar a monte, no hay problema, siguiendo adelante de la Boca El Seis, salimos a un estacado al borde del Monte Jilguero. Podemos saltar el estacado, o unos metros más arriba hay un paso de escalerilla, y salimos a una pendiente con arbusto algo molesto pero negociable, que nos deja meternos en el hayedo de la lomba de la Costanilla. Allí tenemos que ir hasta el borde que da a la propia canal, y remontar un poco. Encontraremos las ruinas de un chozo, y al poco, en el borde mientras subimos, rebasamos un gran roble, y una rotunda haya. Si nos tiramos a la canal, caeremos mismamente sobre la boca de los túneles. En la zona al parecer hay fauna salvaje, de gran tamaño, y con crías, así que habrá que ir cantando, silbando, y ante la más mínima presencia, dar la vuelta.

Adjunto un archivo kmz donde se pueden ver los caminos descritos y los puntos donde se ubican las bocas de los túneles. Un saludo!

Mensajes recientes






































