Amanita muscaria, también conocido como matamoscas o falsa oronja. El nombre se debe a la capacidad de esta planta de matar o paralizar insectos por su contenido en muscarina.
Al nacer, el sombrero de las Amanitas presenta una forma globoide y posteriormente se tornará hemiesférica para terminar extendiéndose con el margen ligeramente incurvado y abierto en forma de paraguas que puede llegar a medir entre 15 y 25 cm.
El estipete (pie) del sombrero es blanco, tiene anillo y es abultado en la base, a manera de bulbo y puede llegar a medir hasta 24 cm de altura y unos 3 cm de grosor.
En dosis muy altas, tiene un gran efecto neurotóxico, mientras que si está seca su potencial alucinógeno es mucho más alto. En grandes cantidades puede inducir al coma. Sus principales propiedades son enteógenas, por lo que se ha utilizado desde tiempos remotos como estimulante.
Muchos botánicos y antropólogos situaron el consumo de este hongo entre las tribus Koryak, Chukchi, Yukagir y Kamchadal de la península de Kamchatka, además de numerosas tribus de Siberia Central cerca de los ríos Ob y Yenisei. Además de un uso lúdico, el matamoscas era utilizado en rituales en los que los chamanes experimentaban estados alterados de consciencia que les permitían hablar con los dioses.
Los curanderos o chamanes de Siberia la ingerían en sus rituales. En sus procesos alucinatorios realizaban bailes, movimientos exagerados y comportamientos no habituales. Entre todos estos, acostumbraban a subir al tejado a través de la salida de humo de las cabañas siberianas. Posteriormente, se les atribuyo la leyenda que podían volar junto con sus renos que habitualmente también comían este tipo de setas. Esta capacidad para volar y entrar por las chimeneas hace pensar que la leyenda de Santa Klaus podría tener su origen en el ritual mágico de los chamanes siberianos.
Fue muy utilizada por los vikingos para obtener mas fuerza en la batalla y no sentir cansancio o dolor bebiendo un elixir hecho con este hongo con el que entraban en un trance en el que luchaban como posesos llegando a morir por deshidratación al no sentir la necesidad de beber.
Ciertos motivos que aparecen frecuentemente en los cuentos de hadas europeos pueden interpretarse como metáforas de la Amanita muscaria, conocida hoy en día como Glückspilz (hongo de la suerte) o Narrenschwamm (hongo de los arlequines) en Alemán, dando testimonio del conocimiento popular del potencial embriagante de esta especie cosmopolita.