Esta etapa parte dela frontera con Vizcaya (un pelín más allá, de Covarón), para dirigirse al pueblo cántabro de Ontón, desde donde ganamos Saltacaballos para llegar por los acantilados a la playa de Dícido y continuar hasta Castro Urdiales. En la segunda parte buscaremos caminos de costa o caminos agrícolas para llegar hasta Islares, donde tendremos que remontar el río Agüera y llegar hasta Oriñón. La tercera parte consta de una "subidita" por el monte Candina hasta el Paso de Los Oraos, para bajar alos acantilados de Liendo y alcanzar la zona de Valverde desde La Yesera, para acabar etapa en Laredo. Finalmente, unos 38km, con 1180 metros de desnivel acumulado, que se resuelven en unas 9 horas.

Como en todas las etapas de este GR, hubo varias ocasiones en las que no pudo seguirse el trazado propuesto por el PESC (en rojo) y hubo que buscarse la vida o tirar de carretera. Así, tras pasar el Cargadero del Piquillo, tuvimos que dirigirnos hacia el pueblo de Onton y no bordear la fábrica de flúor. Una vez en el pueblo nos dirigimos hacia la gasolinera y al nopoder alcanzar el tramo de tuneles mineros hasta la Punta de Saltacaballos, hubo quebuscarse la vida por las laderas hasta llegar all propio Saltacaballos. Desde allí se llegó a la playa de Dícido usando senderos más próximos a la costa que los propuestos. Como "fallo", en vez de acceder al cargadero de mineral y subir hacia los prados costeros de camino a Castro Urdiales, se tomó directamente a éstos siguiendo señalización del Camino de Santiago, cosa innecesaria.

En la zona de Islares, se tardó algo en ganar costa después de una poco amable y nada fructífera charla con un lugareño, con lo que nos llegamos hasta el albergue y desdeallí enlazamos a costa. Una vez llegados al Pontarron y cogidas las pistas forestales ribereñas, se tomó en todo momento a la derecha para entrar en Oriñón en vez de tomar la carretera lo antes posible.

Comenzamos en Vizcaya, desde Covarón, para intentar ganar la costa, cosa que hacemos desde la rotonda que nos encontramos tras la salida de la autovía. Al tirar en direccion al mar, encontramos una especia de cantera por cuyas pistas avanzamos.

Vamos acercándonos a unas casas y huertas, pero el acceso a ellas está cerrado.

No es problema ya que hay una puerta que nos permite salir de la zona de obra.

Al otro lado encontramos una pistilla con restos de asfalto, con señales que indican a Onton...y Santiago de Compostela.

Echamos la vista atrás hacia el puerto de Bilbao y comenzamos a dirigirnos hacia la frontera con Cantabria.

El camino es sencillo, una carreteruca estrecha con buenas vistas hacia la zona de Onton y Saltacaballos.

Toca cruzar ahora un tunel que se usaba para llevar el mineral hasta el Cargadero del Piquillo. Un poco antes, nos encontramos con una compañera de foro (Yomisma) que anda de carrera matutina.

Poco a poco nos vamos acercando al cargadero, con la vista puesta en la fábrica de flúor, a ver si podemos bordearla.

Llegamos al aparcamiento del cargadero, y giramos a la izquierda para bajar por la carretera hasta Ontón.

Pasamos por debajo del viaducto de la autovía...

...atajando tras ver un senderillo que baja directo. A nuestra derecha queda la rocosa Rada de Berrón. No hay posibilidad de bordear la fábrica de flúor como propone el PESC, y tras preguntar a una vecina, nos comenta que algun pescador se la juega pero no daremos la vuelta a la punta.

Nos alejamos entonces de la costa y entramos en Ontón, abandonando la señalización amarilla que veníamos siguiendo para subir hacia la carretera general.

Tras un pequeño callejo...

...salimos a la carretera, al lado de la iglesia.

Toca ahora un rato de aburrida carretera, que nos lleva hacia la incorporación a la autovía, que evitamos.


Siguiendo adelante, nos encontramos en una rotonda, con la gasolinera a mano izquierda, y la fábrica de fluor a la derecha.

Sin ver la manera de bajar para ganar los caminos mineros de los cargaderos que se ven abajo, hacia Saltacaballos, ni ganas de seguir pisando carretera, tomamos de frente por una pista.

Ésta nos deja en otra zona canteril o de obra.

Salimos de la zona por el extremo derecho,al fondo, por un evidente paso en el cerrado para ganado.

Encontramos señalizacion que parece indicar que antes el camino venía por aquí, pero que hay dos puntos cortados.

No hay ninguna gana de dar la vuelta, así que seguimos adelante, ganando algo de altura para seguir más o menos el tendido eléctrico.

Nueva señalización poco halagüeña, mientras vemos abajo los cargaderos. Sigue sin haber posibilidad clara de bajar, aunque se ve gente pescando en ellos.

Seguimos adelante, dirigiendonos a lo que se intuye como camino hasta una casa en lo alto, mientras avanzamos por el escajal, y un gigantesco mastín sale a nuestro paso. El palo se quedó en el coche, y hay que echar mano de lo que se puede para hacerlo desistir de sus intenciones.

Continuamos camino, ya directamente encima de los antiguos almacenes que daban servicio al cargadero. Seguimos avanzando al no poder descender a los mismos.

Comenzamos a subir hacia la casa que vimos. El camino empeora y en cierto momento metemos el pie hasta casi la rodilla en una mezcla de barro y mierda de cabra. Alcanzamos un pequeño abrigo y desde aquí el sendero es más claro y mejora, subiendo en zigzag hasta la casa.

En la misma, giramos a la derecha para seguir un callejo que nos deja en la cafetería del alto de Saltacaballos.


Desde el aparcamiento de la cafetería vemos abajo la discoteca Zul, donde todavía queda gente acabando el sábado. Al lado de la caseta de seguridad de la entrada vemos un camino de bajada a la costa, adonde nos dirigimos.

Atravesamos el cercado por un cómodo paso que da lugar a un cómodo sendero que zigzaguea en bajada.

El PESC proponía un camino a más altura, pero vemos un evidente sendero a pocos metros de altura sobre la orilla, así que seguimos el camino de bajada a la ensenada que vemos abajo a la izquierda.


Tras un corto tunel salimos a la rocosa cala.

La bajada no es cómoda y tenemos que hacer uso de culo y manos.

Tras hacer otro poco el mono entre las piedras, llegamos al sendero y seguimos avanzando.

Atrás queda la vista de la cala, y de la autovía encima de ella.

Al girar por el acantilado va apareciendo la costa de Dícido, y su cargadero de mineral.


Un poco más adelante vemos ya la playa. Seguimos avanzando por el sendero. Si encontramos alguna posible bifurcación, tomamos a la derecha, en descenso. De todas manera la vegetación es cerrada y es difícil equivocar el camino hacia la playa porque al poco de abandonar, el posible desvío se cierra mucho.

Traspasamos la clásica puerta de somier y llegamos al aparcamiento de la playa.


Nos dirigimos a la zona del cargadero, cruzando el puente, y después girando a la derecha.

Desde el acantilado no se observaba subida del mismo hacia la siguiente loma, así que evitamos llegar hasta el cargadero y seguimos la señalización amarilla para ganar altura y seguridad.

Tras un pequeño tramo pistero...

...atravesamos los prados por una cómoda camberilla.

En cierto momento se ve hierba pisada y nos desviamos para salir encima del cargadero. Evidentemente podíamos haberlo visitado desde abajo, y subir a estazona sin problemas.

Volvemos a la camberilla y continuamos el camino.

Salimos ya a la zona de la Punta de Mioño, por donde baja una zigzagueante pista de grava. No hay problema en buscar atajos y descender directamente este tramo.

Continuando por los acantilados disfrutamos de la vista de la cala de Arcisero y el Pocillo de los Frailes.

Sólo nos queda pasar un tramo de subida y avanzar entra la vegetación para salvar la zona de Cotolino...

...y entrar a la zona urbana de Castro Urdiales, al lado de la playa de Brazomar.

El siguiente paso es claro: andar por el paseo marítimo hacia el faro y la iglesia.

Subimos las escaleras que salen del puerto y nos llevan hacia éstos.

Ahora toca bajar las escaleras de la iglesia y girar a la derecha para callejear y salir a la Punta de la Atalaya.

Siguiendo el borde del acantilado vemos el acceso a la siguiente punta, por encima de un entrante rocoso de la mar.

Comienza aquí un tramo de paseo que acaba cortado pero se avanza hasta el siguiente sin problema ninguno. A nuestra derecha queda la Isla de los Conejos.


Seguimos por las aceras hacia la playa, por llamarla algo, de Ostende, con la Isla de las Gaviotas a nuestra derecha.

Acabamos la playa y continuamos por una pista que acaba en la Punta de la Pepina.

Aquí unas escaleras nos sacan a un senderillo claro que va avanzando por los prados costeros.


El sendero va ganando entidad, mientras pasamos alguna calita rocosa.


El camino es ya una pista, por la que avanzamos, dejando a la derecha la Punta del Rabanal.

La pista gira a la izquierda, pero seguimos de frente por la costa, pasando por la derecha de una instalación industrial.

El senderillo es claro...

...y acabamos con una pista que viene de la carretera general, a la izquierda.

Lo más fácil es ganar la misma directamente, pero también se puede hacer un poco más dificil y avanzar un poco más para ver otra mini cala y ya ganar la carretera.

Avanzamos ahora hacia Allendelagua por el cómodo borde de la carretera.

Pasamos una rotonda y seguimos adelante, para abandonar la carretera en cuanto vemos una pistuca a la derecha.

La pista nos quiere devolver a la carretera pero podemos seguir por una cambera con hierba alta pero cómoda de andar.

Salimos a otra pista que nace en la carretera.

Avanzamos hasta que vemos otra cambera a la derecha, algo sucia, a la altura que vemos a nuestra izquierda un cruce en la carretera general.

Por la cambera pasamos a una finca...


...y salimos de ella para salir a una zona de pradería de acantilado.

El avance es bastante cómodo, y va mejorando...

...hasta llegar a una tosca construccion.

Desde aquí salimos a una amplia cala rocosa, El Portillo. Buscamos la bajada, al principio por donde podemos,luego por una clara cambera.

Antes de llegar a la misma, encontramos una espectacular chimenea en la que se oye romper el mar.

El tramo más bajo hasta llegar a la cala rocosa está muy cerrado de helechos, pero se anda sin problema.

Una limpia cambera nos sube hacia Cérdigo...

...pero desde arriba parecía que hay un sendero entre la helechada de esta zona, así que a cerrar la chaqueta y poner la capucha, y a cruzar este potencial nido de garrapatas.

Tras unos 200 metros los helechos desaparecen y comenzamos un sendero que bordea el acantilado.


A pesar la cercanía de alguna pista, seguimos el consejo de un paisano de seguir por el borde del acantilado, hasta encontrar un cerrado, que trasponemos, con la vista en seguir el tendido eléctrico, como aconsejaba.

Un poco más adelante hay otro cerrado que pasamos, para seguir un claro sendero con barandillas adelante.


Encontramos algunos bancos y paramos a disfrutar la vista del acantilado, con la Ballena de Oriñón y el monte Buciero perfilándose en el horizonte. Un par de chiquitos de Bilbao, con una descomunal bolsa de percebes, aparecen por las rocas (uno de ellos con el neopreno hecho puros jirones). Al principio recelan pero en un minuto ya cuentan que han pillado más de 100 kilos esta semana...

...nos despedimos de los angelitos y seguimos por el acantilado, para al poco enlazar con una pista y señalizacion amarilla.

Tras un par de vallas que trasponemos cómodamente llegamos a uno de los postes que formaban el sistema de la "milla medida" de Islares.

Seguimos por los prados, mientras va viéndose aparecer Islares al fondo.

Enlazamos ya pista y despues carretera. Se ve sendero de acantilado y antes de pasar por un prado abierto y sin cercar, recién segado, preguntamos a un paisano por la posibilidad de cruzar y andar el acantilado hasta el puertillo de Islares. El paisano, desde su finquilla estilo white trash, cerrada y con una caravana, suelta varias perlitas sobre "la gente que andamos por propiedades privadas y obligamos a la gente a tener que cerrar las cosas", no da información ni en un sentido ni en otro, y se dedica a continuar con su periódico en plan allá os den a todos.

Visto el percal, se sigue hasta el albergue de peregrinos, donde abandonamos la dirección al pueblo y tiramos hacia costa.

Una pista baja desde el albergue y acaba en unos prados.

Un claro senderillo nos lleva entre el paisaje calizo.


Comienza a aparecer señalización de todo tipo, incluso de GR (de risa).

Salimos cerca de una casa que bordeamos por la derecha parallegar a la punta de Islares.

Vemos ya los restaurantes cerca del puertillo y cambiamos la direccion para dirigirnos a ellos.

La marea está baja y el puerto parece más un pequeño arenal.

Abandonamos la zona para ganar la carretera general.

A nuestra derecha surge la pequeña playa de Arenillas.

Toca ahora andar por el borde de la carretera general, aunque visto lo visto, en marea baja merece más la pena cruzar la desembocadura del Agüera y llegar a Oriñón, en vez de remontar el río hasta el Pontarrón de Guriezo.

Si se sigue la última opción, más segura en cualquier situación, se avanza sin problema por el borde de la carretera.

Pasamos bajo el viaducto de la autovía...

...y llegamos al Pontarron.

Nada más cruzar el río surge a mano derecha una pista forestal que seguimos.


La vegetación consiste en eucalipto tan tristemente habitual en zona gorita, mientras las piedras dejan paso al barro habitual en las pistas de explotacion maderera, y pasamos de nuevo debajo de la autovía.

La vegetación es muy cerrada a ambos lados de la pista, y se ve poco o nada de la ribera, pero a cambio hay abundantes pájaros y animan un poco la poco interesante y encharcada pista.

Si en los posibles cruces de pistas tomamos siempre a la derecha, acabamos en un sendero algo más agradable.

Siguiéndolo llegamos a un puente que nos deja ya en las afueras de Oriñon.

Sólo nos queda avanzar, sin poder salir a la playa ya que no hay ni un sólo hueco entre los edificios, y si lo hay, todo son carteles de prohibido o privado.

Llegamos hasta lazona de la iglesia y finalmente podemos girar a la derecha y ganar la zona de playa.

Vemos al fondo la ballena, y el pueblo de Sonabia, nuestra siguiente parada.

Giramos pues a la izquierda y nos dirigimos hasta la carretera general.

En ella hay un cómodo carril peatonal que nos deja llegar hasta el pueblo sin peligro alguno.


Nada más entrar en Sonabia vemos abajo, a mano izquierda, una pista que baja hacia la playa, que tomamos.

La bruma despeja y distinguimos uno de los Ojos de Solpico, donde se perfila un caminante.

Seguimos descendiendo de camino a la playa y en una bifurcación tomamos a la izquierda, como indica un sencillo cartel.

La pista degenera en cambera mientras vemos la zona de duna trepadora.

Casi al llegar a laplaya vemos un sendero que surge a la izquierda, que tomamos.

Por él vamos ganando altura muy lentamente mientras avanzamos dejando la playa a la izquierda.

Al principio el sendero es muy arenoso y asciende casi imperceptiblemente...

...pero finalmente cambia a tierra y roca, mientras la pendiente aumenta de manera considerable.

Las vistas a la espalda son impresionantes.

La pendiente aumenta a medida que avanzamos...

...hasta que salimos a una zona más llana, y aparece enfrente ya la zona de Liendo.

Nos acercamos al borde del altísimo acantilado, disfrutando de la vista de la playa de San Julián y el Buciero.


Seguimos camino, encontrando de nuevo más marcado GR, que nos acompañará en la bajada hasta Liendo.

Al poco llegamos al Paso de Los Oraos, mientras despeja la bruma y la vista es espectacular.


Tras un tramo en el que seguimos la ladera hacia la izquierda, toca bajar más o menos directos hacia la cabaña que vemos abajo.

Tras la dura bajada llegamos a la cabaña que veíamos, pasando primero por otra.


Y sin mayor problema el camino se convierte en pista agrícola...

...que enlaza otra de de mejor firma cerca de una cabaña.

Tras pasar la arruinada pero interesante Ermita de San Julian...

...evitamos bajar porla pista de grava y cerca de una casa seguimos de frente para seguir dirección hacia La Yesera.

Enlazamos algo más adelante con la carretera que viene de Liendo y da acceso a los aparcamientos de la playa de San Julian.

Desde la carretera no se ve la playa, pero merece la pena bajar y echarla una ojeada.

Siguiendo la pista en direccion a Laredo, nos acercamos al borde de La Yesera.

Encontramos un cartel que nos indica que debemos girar a la izquierda pero merece la pena continuar unos metros más adelante...

...ya que la vista lo justifica.

Volvemos hasta el cruce anterior y comenzamos una corta subida por la pistuca.

En una curva hacia la izquierda la abandonamos y seguimos de frente para bordear el acantilado.

La vista de la Ensenada de Erillo, y la caída, impresionan.

Al frente vemos la Punta irio y el gigantesco canchal.

Un poco más adelante pasamos la típica puerta-somier...

...y siguiendo la señalizacion amarilla llegamos a un altuco con cabaña.


A la izquierda vemos una pista que nos deja en otra más grande, con cartel indicador de que estamos en Valverde.

No queda más que tomar por la derecha y comenzar el descenso hasta Laredo.

A tramos el camino está encachado.

Sin posibilidad de pérdida seguimos descendiendo mientras la pista se va volviendo de cemento...

...y finalmente es una carretera desde donde vemos el perfil de la iglesia enfrente, y el alto de la Atalaya.

Sólo nos queda seguir la carretera de frente para entrar en la Puebla Vieja.



Si seguimos de frente no nos quedará más remedio que girar a la izquierda y podremos bajar por unas escaleras...


...a la calle Menendez Pelayo, en donde si giramos a la izquierda ganaríamos el puerto, dando por finalizada la etapa.


Algo de información sobre la herencia minera de la zona castrense y sobre la milla medida de Islares puede encontrarse en:
http://mineriacastrourdiales.blogspot.com.es/http://mineriacastrourdiales.blogspot.com.es/2012/10/la-milla-medida-de-islares.htmlAdjunto un track en formato gpxgrabado con un Garmin Oregon 550 y un archivo kmz con ciertos tramos modificados tras estudiar la ruta a posteriori. Esta ultima incluye el tramo de la fábrica de fluor a Saltacaballos, algo complicado pero con cierto interés, en vez de ganarlo mediante carretera. Un saludo!